Lina Gálvez: “Se utiliza el argumento científico para justificar las desigualdades entre hombres y mujeres”

La vicerrectora de Postgrado de la Universidad Pablo de Olavide, Lina Gálvez, aseguró ayer que “las personas, con la ayuda de los científicos, han intentado buscar en el cuerpo humano una causa biológica de las desigualdades entre hombres y mujeres. Es decir, se utiliza el argumento científico para justificar las desigualdades”. En este sentido, dijo que los argumentos funcionan de la siguiente manera: “Si vivimos en una democracia donde existe la igualdad de oportunidades y hay pocas mujeres ingenieras, se dice que es que el cerebro femenino está menos dotado que el masculino para el pensamiento cuantitativo”.

La vicerrectora realizó estas declaraciones en el transcurso del simposio El juego de las identidades: Lo masculino y lo femenino en la construcción de la ciudadanía, que organiza el Centro Cultural ‘Olavide en Carmona’ con la colaboración de la Obra Social Cajasol y la Secretaría General de Políticas de Igualdad del Ministerio de Igualdad, en el que ha impartido la conferencia inaugural ‘Democracia en igualdad: Construcción de la nueva ciudadanía’.

Gálvez admitió que entre hombres y mujeres sólo existen dos diferencias fisiológicas: El hecho de que los hombres tengan mayor masa muscular y que las mujeres posean un sistema reproductor distinto. Sin embargo, “las diferencias no deberían tener consecuencias en la vida social, política y económica, generando desigualdades históricas”.

La vicerrectora cree que las diferencias pueden ser ampliadas o minimizadas por nuestra sociedad cultural, “pero la decisión es nuestra, no de los genes”. Además, comentó que es necesario que todos los individuos tengan las mismas capacidades de vivir una vida que merezca la pena, a pesar de las diferencias. “Y que políticamente lo hagamos posible”, apostilló.

Lina Gálvez afirmó que “hoy en día muchas personas creen que la igualdad está conseguida y que el feminismo se ha quedado trasnochado. Sí es cierto que la igualdad formal se ha logrado, aunque no la real. Por lo tanto, todos tenemos que luchar para conseguir una sociedad más justa, en contraposición a la machista”.

Por último, mostró su preocupación sobre el hecho de que los estereotipos sobre lo masculino y lo femenino sigan funcionando en nuestra sociedad, “con fuertes implicaciones en nuestra vida diaria política, económica y social. Por ejemplo, se cree que cuando las mujeres tenemos hijos dejamos de ser productivas y abandonamos pronto nuestro puesto de trabajo. Con respecto a los hombres con hijos, se piensa que, como tienen que mantenerlos, van a aguantar mucho más en sus empleos que si no los tuvieran, una imagen totalmente falsa”, concluyó Lina.