El profesor de la UPO Manuel Ricardo Torres Soriano ha asegurado que Internet hace a los terroristas más vulnerables a la hora de ser vigilados y de hacer un discurso coherente

“La muerte de Bin Laden ha supuesto un duro golpe para Al Qaeda que ha dañado su capacidad operativa”

 

DUPO - 5/07/11

El profesor del Área de Ciencia Política y de la Administración de la Universidad Pablo de Olavide, Manuel Ricardo Torres Soriano, ha asegurado hoy que la muerte de Osama Bin Laden ha supuesto un duro golpe para la organización terrorista que va a tener efectos a corto y medio plazo a la hora de degradar, no sólo su capacidad para operar, sino el atractivo que pueda tener para otros grupos y personas. En su opinión, Bin Laden no sólo era una figura carismática y un símbolo, sino una persona que tenía un papel muy importante a la hora de dirigir y coordinar nuevos ataques y atentados. En su opinión, no sólo se ha dañado el símbolo, sino que también la capacidad operativa de esta organización.

El profesor ha realizado estas declaraciones durante el transcurso del “VI Curso internacional sobre terrorismo yihadista: Elementos para una estrategia nacional de lucha contra el terrorismo”, que organiza el Centro Olavide en Carmona en colaboración con el Instituto Español de Estudios Estratégicos (Ministerio de Defensa), la embajada de los Estados Unidos en España, el Grupo de Estudios sobre Política y Seguridad Internacional (Gesyp) y la Diputación de Sevilla. En dicho curso, ha impartido la conferencia ‘Elementos para una estrategia contra las actividades terroristas en Internet’.

En referencia al sustituto de Bin Laden, Ayman Al Zawahiri,considera que es parte del proyecto de Al Qaeda. “Hasta ahora era el lado más visible de la organización, el líder que con más frecuencia hablaba, el que ha ido marcando el discurso ideológico… entonces no va a haber grandes cambios en cuanto a la línea ideológica. Otra cosa es que por sus características personales sea un líder más o menos eficaz a la hora de despertar nuevos apoyos, no generar enemistades…”, ha puntualizado Torres Soriano.

De esta manera, el coordinador del seminario ha reconocido que los objetivos del terrorismo yihadista siguen siendo los mismos: Islamizar los países de mayoría musulmana, implantar regímenes islamitas que apliquen la sharía, extirpar cualquier tipo de influencia de Occidente en el mundo musulmán… Además, “la sensación es que el terrorismo yihadista depende cada vez más de iniciativas individuales, de pequeños grupos de individuos que deciden convertirse en lobos solitarios. Por ejemplo, atacar a un soldado que ha estado en Afganistán contribuye a sus objetivos. Hacer cualquier tipo de ataque contra la población, si se reivindica a favor de la Yihad, también contribuye. Hay una esperanza en que esta actividad de base cubra el hueco que ha dejado la organización, que cada vez está más débil y tiene menos capacidad”.

Con respecto a la posibilidad de que los terroristas yihadistas vuelvan a cometer un atentado en España, Torres Soriano ha informado de que nuestro país aparece cada vez en menos ocasiones en la propaganda del terrorismo yihadista: “Parece que la atención se va derivando hacia otros puntos. Eso es tranquilizador hasta cierto punto, pero seguimos siendo parte de ese conjunto de enemigos que continuamente se están señalando. Lo que pasa es que intentan priorizar los enemigos dentro de ese conjunto, que son muchos”.

En referencia al papel desempeñado por Al Qaeda en las revueltas en los países árabes, Manuel Ricardo Torres considera que ha sido un convidado de piedra porque todo eso ha sucedido sin que ellos tengan ninguna participación ni hayan tenido una influencia real. De hecho, en su opinión, lo que ha pasado ha contradicho en gran medida su discurso porque durante los últimos años no se han cansado de decir que esos regímenes que han caído, como los de Egipto, Túnez o lo que ha pasado en Libia o Siria no iban a caer por vías pacíficas. “Ellos defendían que sólo la violencia podía hacer derrocar esos regímenes. Sin embargo, han caído no por medios violentos y además que Occidente no sólo no los ha apoyado, sino que ha contribuido en el proceso. Eso le ha creado un problema en su argumento, por lo que ahora intenta posicionarse para tener un poco de protagonismo en todo lo que está sucediendo. Pero ha perdido buena parte de su atractivo con este discurso del enfrentamiento como única vía para conseguir cambios”, ha considerado.

Para los terroristas, Internet es un instrumento que potencia mucho sus capacidades. Sobre todo, Internet ha permitido que el mensaje terrorista sea oído con mayor eficacia y amplitud. Entonces los terroristas ya no necesitan de los medios de comunicación como única entrada a la opinión pública, sino que a través de Internet se comunican directamente con la sociedad cuando y cómo quieren, sin límite de extensión, espacio… También ha sido un instrumento para reclutar, radicalizar, aunque tiene su vertiente negativa para ellos.

En opinión del profesor, Internet los hace más vulnerables a la hora de ser vigilados, de que su discurso tenga coherencia porque no es sólo una vía que va del emisor al receptor, sino que se puede opinar sobre el emisor, criticarlo… Entonces los terroristas empiezan a ver en Internet una serie de inconvenientes, frente a las ventajas que sólo habían visto hasta ahora, por ello habría que aprovechar los puntos débiles de la presencia de los terroristas en Internet. “La web 2.0., es decir, todo lo que está basado en que el usuario también es protagonista de los contenidos que consume, como las redes sociales, está haciendo que ese discurso se vea cuestionado. Hay gente que no sólo aplaude un atentado, sino que dentro de su base de apoyo empiezan a cuestionarlo porque los objetivos eran inocentes, por ejemplo. Luego hay otros elementos, de carácter tecnológico, una serie de brechas de seguridad que hacen que no sean tan anónimos como ellos creen, que no puedan operar de manera tan segura. De esta manera, el discurso radical empieza a perder presencia en Internet porque cada vez hay más dificultades para estar ahí y tener una presencia en las páginas, desaparecen al poco tiempo, no consiguen fidelizar al público porque están en continua huída… elementos sobre los cuales se puede articular una estrategia para combatirlos”, concluye.

 

 

 

 

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El profesor del Área de Ciencia Política y de la Administración de la Universidad Pablo de Olavide, Manuel Ricardo Torres Soriano