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El País, 27 de julio 2013
Centro Mediterraneo Andalusí - 04/07/2013
Sami Naïr: "Islamistas en la encrucijada"
El golpe de Estado del Ejército egipcio tendrá consecuencias temibles en el proceso revolucionario en marcha desde hace casi tres años en el mundo árabe. Se inscribe en la misma línea de reacción que la de los militares en Siria. Pero la situación egipcia es más emblemática, porque muestra cómo las fuerzas democráticas, para enfrentarse a los islamistas, no han dudado en apoyar el golpe, lo que constituye un giro fundamental en el futuro de los países árabes. Ello quiere decir, al menos en Egipto, que los partidarios de la modernidad, de la laicidad y del progreso demuestran que no pueden hacer frente a los islamistas en el poder; que no pueden asumir una legislatura de los islamistas; que prefieren recurrir a los militares que les han oprimido en el pasado para evitar padecer el yugo de los religiosos, potencialmente totalitarios. Así pues, esta es la estructura de la tragedia en la que se encuentra atrapada la democracia en todos los países árabes. Las tres fuerzas sociológicas centrales en estos países, y de las que Egipto es la quintaesencia —a saber, el pueblo excluido desde siempre y que durante la transición democrática aportó un apoyo masivo a los islamistas; los militares que ostentan el monopolio de la fuerza represiva, que han servido de columna vertebral a todas las dictaduras desde hace más de medio siglo; y las fuerzas modernistas laicas y democráticas—, demuestran, a través del ejemplo egipcio, que no aceptan el juego “mayoritario-minoritario” de la práctica democrática.