Aceite de oliva a precio de oro (líquido): es el momento de explorar otras opciones saludables

Está en boca de todos: el precio del aceite de oliva virgen extra (AOVE) está disparado. Y lo peor es que las previsiones son que va a seguir aumentando. Nunca como ahora el término “oro líquido” había sido más preciso. ¿Tenemos que resignarnos a pagar precios desorbitados si queremos consumir el producto de la mejor calidad? Lamentablemente, sí. Pero eso no significa que no podamos emplear otros aceites disponibles en el mercado para diferentes aplicaciones culinarias.

 

Las cuatro categorías de aceites del olivar

El AOVE es la joya de la corona. Pero dentro de los aceites procedentes del olivar, existen otras posibilidades que podemos considerar. En el mercado podemos encontrar cuatro categorías de aceites elaborados a partir de la aceituna: AOVE, oliva virgen (AOV), oliva (común) y orujo de oliva. Cada uno de ellos tiene sus propias particularidades y pueden ser empleados para diferentes usos.

Por ejemplo, si queremos aprovechar mejor las características del AOVE es recomendable utilizarlo en crudo, como en ensaladas, aliños y tostadas. En cambio, el aceite de orujo es una fantástica opción para freír, como demostraron nuestros compañeros del Instituto de la Grasa-CSIC y bastante más económico que sus otros tres hermanos.

Pero además de los aceites del olivar, existen otras alternativas que podemos considerar en nuestra cocina. Entre ellos están los aceites de girasol, girasol alto-oleico, colza, maíz, lino, soja, palma, aguacate, nuez, coco, avellana, etc. Algunos son más conocidos y más fáciles de conseguir. Aunque también es cierto que algunos resultan más saludables que otros.

 

 

 

 

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