El desperdicio alimentario: un problema económico, social y ambiental

Isabel Cerrillo García,profesora e investigdora del Área de Nutrición y Bromatología, analiza en este artículo sobre el depercidio alimentario y sus estrategías para reducirlo

Como apunta la FAO, en alimentación desperdiciamos más de un tercio de lo que se produce en todo el planeta (FAO, 2021). Según datos oficiales del Ministerio de Pesca y Alimentación, España se posiciona en el séptimo lugar de Europa en cuanto a volumen de desperdicio de alimentos (7,7 millones de toneladas/año). En concreto, en los hogares en 2021, los españoles y españolas tiraron a la basura más de 1.200 millones de kilos de alimentos sin consumir, 28 kg/l per cápita (MAPA, 2021). Esta situación es un grave problema económico, social y ambiental.

 

Las cifras actuales de desperdicio alimentario suponen una pérdida económica y social que podría conducir a un aumento de los precios de los alimentos para los consumidores y las consumidoras, haciéndolos menos accesibles a los grupos más vulnerables y desfavorecidos y, por ende, conllevando a un aumento de la inseguridad alimentaria (FAO, 2011).

 

Desde el punto de vista ambiental, según el informe “Emisiones de gases de efecto invernadero en el sistema agroalimentario y huella de carbono de la alimentación en España”, el desperdicio de alimento es responsable de la cuarta parte de las emisiones totales del sistema agroalimentario. Además, los alimentos desperdiciados suponen un coste en recursos empleados, ya que absorben una ingente cantidad de insumos que no fructificarán, impidiendo el uso del suelo para otros fines.  

 

Por todo ello, la prevención del desperdicio de alimentos se percibe como una responsabilidad ética para la sociedad. Precisamente el aumento en la concienciación en la opinión publica acerca de esta problemática y, la vinculación del desperdicio con la falta de alimentos a nivel global y con el gran impacto ambiental que supone, se unen a la tramitación de leyes contra el desperdicio alimentario. En España se ha aprobado recientemente un Proyecto de Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario, cuyo objetivo fundamental es fomentar actuaciones para evitar la pérdida de alimentos en toda la cadena alimentaria, desde la cosecha hasta el consumo.

 

Es necesario implementar políticas públicas para lograr una reducción del desperdicio alimentario y el fomento de un consumo responsable que, junto a la modificación de la dieta hacia pautas más saludables y sostenibles, pueden ser una estrategia eficaz para luchar contra el cambio climático, evitar la conflictividad social a gran escala y garantizar a las próximas generaciones a nivel mundial el abastecimiento de alimentos.

 

 

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