Divulgación

Ahorrar tiempo y tener unos transportes públicos más seguros es la clave para el éxito, según un experto

Alfredo García, director del Máster en Planificación, Economía y Operación del Transporte Urbano y Metropolitano de la UPO, apuesta por un nuevo modelo de movilidad sostenible en las ciudades

De izquierda a derecha: María Cuello, Julián Sastre, Alfredo García, Cinta Romero y Ana Dolores López.
Desde la izquierda: María Cuello, Julián Sastre, Alfredo García, Cinta Romero y Ana Dolores López

El problema de la contaminación en las grandes urbes se ha convertido en una de las preocupaciones principales de los ciudadanos en la actualidad. Ciudades como Madrid, en los últimos días ha reducido la velocidad en sus vías de acceso a 70 kilómetros por hora y prohibido el aparcamiento en las zonas Servicio de Estacionamiento Regulado en un intento de reducir el dióxido de nitrógeno, uno de los gases más contaminantes que emiten los vehículos de combustión.

Para dar respuesta -entre otras- a esta problemática cada día más habitual, la Universidad Pablo de Olavide a través del Área de Formación Permanente, ha iniciado el Máster en Planificación, Economía y Operación del Transporte Urbano Metropolitano. El profesor del Departamento de Economía, Métodos Cuantitativos e Historia Económica y director académico del máster, Alfredo García, ha señalado que, ante este panorama, los expertos apuestan por “una movilidad sostenible, donde se reduzca el número de vehículos que ruedan por las ciudades y aumente el uso por parte de los ciudadanos del transporte público”.

Este máster de la UPO, en su segunda edición, tiene como objetivos fundamentales ofrecer una formación multidisciplinar en áreas de conocimiento relacionadas con la ingeniería y la consultoría internacional de transportes, así como formar a profesionales en la utilización de técnicas en los campos de planificación, investigación, economía y operación relacionados con el transporte. En el plan de estudios tienen cabida diversas ramas de conocimiento dentro del sector de los transportes como la gestión, economía y financiación de infraestructuras, estadísticas del sector, seguridad vial, estudios de mercado, movilidad sostenible o internacionalización. El perfil de los alumnos para este máster fundamentalmente es el de los ámbitos de ingeniería civil, industrial y de caminos, canales y puertos; economía, administración de empresas, arquitectura o geografía.

“En términos de teoría económica, el transporte público es lo que se denomina un bien inferior, aquel que con el incremento de la renta tiende a un menor uso. Sin embargo, la movilidad en general y el transporte privado son bienes normales, se consumen más cuanto mayor es la renta. Es decir, el transporte público es el cerdo blanco de la movilidad y el coche es el cerdo ibérico”, ha sostenido el director académico del máster.

En este sentido, García apuesta por un nuevo modelo de movilidad consistente en dar prioridad a los viajes a pie o en transporte colectivo, abandonado la idea del uso del vehículo propio como prioridad de transporte en las urbes. “La planificación es estudiar la situación actual y entenderla, adelantarse al futuro negativo y racionalizar los recursos disponibles. Por ello hay que diseñar la política de movilidad de acuerdo al modelo de ciudad y territorio; y en definitiva comprender las dependencias funcionales entre los diversos municipios y la ciudad principal o central”, ha señalado el experto.

El profesor se muestra crítico con la apuesta por incrementar la oferta de infraestructuras viarias con el fin de satisfacer la demanda creciente de tráfico motorizado. Estas se encuentran orientadas a la mejora del desplazamiento en vehículo privado y “no sólo son insuficientes para solucionar el problema, sino que favorecen el crecimiento de los viajes en coche y eso genera una mayor congestión en las ciudades”.

No obstante, el experto argumenta que “es una mala noticia esta postura, porque el crecimiento exponencial que las grandes ciudades están soportando va a conllevar en un futuro próximo su colapso y el aumento de una polución que ya es lo suficientemente alta”. La solución que plantean los expertos desde el punto de vista de la teoría económica, según el profesor, “parece simple: convertir el transporte público en un bien normal”.

Para conseguir que el transporte público se convierta en un bien normal, los ciudadanos necesitan, entre otros factores, según el experto: “ahorrar tiempo durante los viajes, tener unos transportes públicos seguros y, en vinculación con el tiempo, el aprovechamiento de este, es decir, poder trabajar o leer en el tiempo de viaje hace que deje de ser un tiempo perdido”. Para conseguirlo es necesario apostar por el transporte público en las ciudades: “reservando carriles para el transporte público; limitar las plazas de aparcamiento para restringir el vehículo privado; o calmar el tráfico, reduciendo la velocidad para hacer menos peligrosas y más habitables las ciudades”.

 

27 de junio – 19:30 h