Investigación

Una investigación liderada por la UPO recibe el XV Premio de Historia Agraria Ramón Garrabou

El artículo, que forma parte de la tesis del investigador Jaime Vila-Traver, examina la repercusión del cambio climático y la industrialización en las necesidades hídricas de los cultivos españoles

Jaime Vila-Traver (i) y Manuel González, arriaba, y Eduardo Aguilera (i) y Juan Infante
Jaime Vila-Traver (i) y Manuel González, arriba, y Eduardo Aguilera (i) y Juan Infante

La Sociedad de Estudios de Historia Agraria ha concedido el XV premio de Historia Agraria Ramón Garrabou al artículo ‘Climate Change and industrialization as the main drivers of Spanish agricultura wáter stress (Spain 1922-206)’, elaborado por Jaime Vila-Traver, investigador predoctoral del Departamento de Geografía, Historia y Filosofía de la UPO, en colaboración con los investigadores Manuel González de Molina, Juan Infante Amate y Eduardo Aguilera del Laboratorio de Historia de los Agroecosistemas. La investigación, que forma parte de la tesis del profesor, pretende explicar los efectos que está provocando el cambio climático y la industrialización de la agricultura en los recursos hídricos que ésta requiere. Además, pretende identificar aspectos claves para diseñar soluciones a largo plazo que solventen este creciente problema.

«El cambio climático amenaza con limitar la viabilidad de la agricultura en los países mediterráneos, lo que conlleva graves impactos sociales, ambientales y económicos», Jaime Vila-Traver

“El cambio climático amenaza con limitar la viabilidad de la agricultura en los países mediterráneos, lo que conlleva graves impactos sociales, ambientales y económicos. Esta investigación de largo plazo arroja luz sobre algunos aspectos negativos que ha tenido la industrialización de la agricultura, que han empeorado los efectos del cambio climático sobre nuestros agroecosistemas y nos muestra los puntos clave sobre los que podemos actuar en el presente y futuro para tratar de adaptarnos a un clima cambiante y reducir sus impactos, contrariamente a lo que se ha venido haciendo hasta el momento” explica Jaime Vila-Traver. “Estamos muy satisfechos de haber recibido tal distinción y consideramos que es muy importante visibilizar estudios que muestren que la industrialización de la agricultura, aparte de los aspectos positivos que ha aportado, conlleva graves problemas e impactos ambientales, que suelen obviarse y que es necesario considerar para poder enfrentar el cada vez más acuciante problema del cambio climático”.

El jurado ha valorado que se trata de un artículo muy equilibrado, que demuestra un evidente compromiso social acometiendo una temática candente en el debate público. “En las últimas décadas ha crecido la preocupación por el futuro impacto del cambio climático en la producción agrícola, siendo uno de los principales puntos calientes el consumo de agua y su creciente escasez”, afirma el autor principal.

Este trabajo es un estudio interdisciplinar, que ha contado con participantes especialistas en materias diversas. Una de sus aportaciones principales radica en poner de manifiesto la importancia de considerar simultáneamente los diferentes aspectos clave que presenta la investigación: modificación en la ubicación de los cultivos, nuevas formas de manejo de la agricultura y cambio climático. El Laboratorio de Historia de los Agroecosistemas cuenta con investigadores de diferentes especialidades que van desde la historia contemporánea, a la agroecología, pasando por las ciencias biológicas, ambientales o económicas. Esta heterogeneidad en las trayectorias de los diferentes integrantes del grupo, enriquece las discusiones y permite abordar los estudios desde una mirada amplia que facilita la identificación de carencias en la literatura científica.

Agua Violeta, nuevo indicador para el estrés hídrico de los cultivos

Jaime Vila-Traver declara que a pesar de que está creciendo el interés científico sobre la huella hídrica del sector agrario, no se había prestado atención al creciente desacoplamiento entre las necesidades de los cultivos y el agua disponible a largo plazo. Cuando la demanda de agua es más alta que la cantidad disponible durante un periodo determinado nos encontramos frente a una situación de estrés hídrico, el cual ha aumentado en un 30% para los cultivos españoles desde 1922 hasta 2016, tal y como confirma el estudio premiado.

La investigación propone un nuevo indicador que permite medir la cantidad de estrés hídrico de los cultivos llamado agua violeta. “Se constituye como un nuevo indicador que sintetiza el desacoplamiento entre el agua de lluvia disponible y el agua que necesitan los cultivos y es útil para diseñar agroecosistemas sustentables desde el punto de vista hídrico”, afirma Jaime Vila-Traver.

 

Más información:

www.lha.es

www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0048969720369308

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