Cursos de Verano

«Las desigualdades entre hombres y mujeres cesarán cuando se instaure un nuevo pacto social»

La catedrática de Sociología María Ángeles Durán asegura que la crisis social y económica derivada del Covid-19 ha dañado más a las mujeres, por las ocupaciones esenciales feminizadas y la sobrecarga de trabajo en los hogares

María Ángeles Durán
María Ángeles Durán

La educación es un motor de cambio para conseguir la igualdad entre hombres y mujeres, porque genera espacios compartidos, habilita para el futuro ejercicio profesional y transmite valores. Son declaraciones de María Ángeles Durán, catedrática de Sociología y profesora de investigación del CSIC, quien obtuvo el Premio Nacional de Investigación en Ciencias Sociales en 2002 y de Sociología en 2018.

María Ángeles Durán ha participado en el curso de verano ‘Educar para la igualdad. El único camino’, que se está celebrando en el marco de la XIX edición de los cursos de verano de Olavide en Carmona, en el que ha impartido la ponencia “La educación como motor de cambio”.

Aunque el sistema educativo trata de propiciar la igualdad efectiva, la profesora reconoce que todavía hay muchas metas pendientes de alcanzar: “Los contenidos de las asignaturas, aunque ya se ha hecho mucha revisión en los últimos años para suprimir los aspectos más sexistas, todavía son susceptibles de mejora. No es fácil, son tradiciones intelectuales muy arraigadas que vienen del pasado, cuando no había sentido crítico, demandas de igualdad ni mujeres incorporadas en primera fila a la producción de conocimiento”.

Así, reconoce que las mayores diferencias se producen en el acceso a los recursos económicos, algo que, en su opinión, se debe a que las mujeres asumen una carga mucho mayor de trabajo no remunerado de cuidado, lo que se traduce en peores salarios, pensiones, ahorros, poder económico y de representación laboral y social.

Por ello, la catedrática asegura que “las desigualdades entre hombres y mujeres cesarán cuando se instaure un nuevo pacto social”, aunque admite que todavía resulta una meta muy lejana, “pero si se compara con la situación de hace medio siglo, o un siglo y medio, el avance en materia de igualdad ha sido muy grande”.

A pesar de todo lo conseguido, a las mujeres “algunas cosas nos cuestan el doble y hasta mil veces más, porque estamos innovando socialmente”, aunque reconoce que “tenemos ventajas en algunos campos en los que traemos siglos de entrenamiento, y también algunas fortalezas biológicas naturales. No hay que olvidar que nuestra esperanza de vida es mejor que la de los hombres y nuestro sistema inmunológico es más fuerte”.

Aún así, la crisis social y económica derivada del Covid-19 ha contribuido aún más a ahondar en estas desigualdades porque, como señala María Ángeles Durán, las mujeres han resultado más dañadas tanto por las ocupaciones esenciales feminizadas como por la sobrecarga de trabajo que han tenido que asumir en los hogares.

En este sentido, resulta muy importante visibilizar el papel del trabajo no remunerado de la mujer porque, según las encuestas del INE, el trabajo no remunerado es un tercio mayor que el remunerado, puesto que por cada 100 horas de trabajo se producen 130 de trabajo no remunerado. “Sin embargo, apenas hay estudios que permitan incorporarlo a la toma de decisiones. Quizá, precisamente porque es gratuito y lo desempeñan principalmente las mujeres, no hay tanto interés real en cambiar la situación”.

La violencia machista es otro de las grandes lacras que sufren las mujeres, aunque la forma de combatirla es compleja: “La educación tiene un gran papel, pero la dependencia económica, propia y por los hijos u otros familiares dependientes, acalla muchas quejas. La violencia que la educación trata de evitar la promueven otros medios igualmente poderosos”, concluye María Ángeles Durán.

Curso 2024/25