El Coenzima Q10 (CoQ10) es una sustancia esencial para la supervivencia, ya que interviene en la generación de energía y en la protección antioxidante de células y tejidos. En aquellos casos en los que se presentan mutaciones que afectan a su síntesis, las personas sufren graves síndromes que presentan síntomas como ataxia, debilidad muscular, sordera y problemas renales entre otros. Además, las evidencias científicas indican que durante el envejecimiento los órganos van perdiendo la capacidad para sintetizar CoQ10 por lo que se ha asociado su deficiencia con la pérdida de función.
En esta línea, un estudio transversal llevado a cabo en la Universidad Pablo de Olavide, de Sevilla, y publicado en la revista Antioxidants, muestra que existe una relación importante entre los niveles de coenzima Q10 en el plasma sanguíneo con la capacidad física y la fragilidad en personas mayores.
El estudio, llevado a cabo por los investigadores Rocío de la Bella Garzón, Cristina Fernández Portero, David Alarcón Rubio, Josué García Amián y Guillermo López-Lluch, fue desarrollado con la colaboración de personas mayores usuarias de tres centros de participación activa (Cerro del Águila, Triana y Heliópolis) y la residencia de mayores del barrio de Heliópolis a principios de 2019. Los participantes en la investigación se sometieron a varios cuestionarios para determinar su calidad de vida, capacidad cognitiva y salud y a varias pruebas físicas para determinar su capacidad física y grado de fragilidad.
“Por ahora, el estudio solo establece relaciones que confirman estudios anteriores, pero nos permite abrir la posibilidad de encontrar tratamientos terapéuticos que mantengan o aumenten los niveles de CoQ10 en la sangre, para así ralentizar el deterioro de la capacidad física en personas mayores” indica Guillermo López Lluch, investigador principal del estudio en el que participan los departamentos de Fisiología, Anatomía y Biología Celular; Antropología, Psicología y Salud Pública, el Centro de Investigación en Rendimiento Físico y Deportivo de la UPO, y el Centro Andaluz de Biología del Desarrollo (centro mixto del CSIC, UPO y Junta de Andalucía).
El CoQ10 del plasma sanguíneo está directamente implicado en la protección del colesterol de la sangre contra la oxidación. “Por tanto, se trata de un factor esencial en el progreso de la aterosclerosis, pero también esta molécula podría ser esencial para mantener la capacidad funcional del músculo y otros orgánulos mejorando la actividad vascular al evitar el daño oxidativo en las células de los vasos sanguíneos”, explica López Lluch.
El estudio también ha revelado que existen diferencias entre hombres y mujeres, por lo que abre la posibilidad de que haya diferencias fisiológicas que se deberán tener en cuenta en estudios futuros. En las mujeres, mayores niveles de CoQ10 en plasma se asociaron con una mayor capacidad física y menores riesgos de fragilidad, mientras que estas relaciones no fueron tan claras en hombres. “Es muy interesante que hayan aparecido diferencias relacionadas con el género de los participantes, ya que existen diferencias en la forma en la que el envejecimiento progresa en mujeres y en hombres”, indica López Lluch, quien añade que “estas diferencias se deben tener en cuenta a la hora de establecer terapias para optimizar la respuesta en nuestros mayores”.
El equipo de investigación, además, insiste en la necesidad de profundizar en el conocimiento de los cambios fisiológicos asociados con el envejecimiento para entender mejor el deterioro que se produce durante los últimos años de nuestra vida y poder así afrontar mejores terapias encaminadas a añadir salud a estos años.
Referencia:
Rocío de la Bella, Cristina Fernández Portero, David Alarcón, Josué G. Amián and Guillermo López-Lluch. Levels of plasma coenzyme Q10 are asociated with physical capacity and cardiovascular risk in the elderly. Antioxidants. 2022, 11, 279. Doi: https://doi.org/10.3390/antiox11020279.