La periodista Pepa Bueno advierte de que en la actualidad se está dando una “regresión brutal clarísima” contra la igualdad de la mujer que se percibe sobre todo en los medios audiovisuales, donde las presentadoras de televisión “son todas jóvenes, delgadas y con melena” y además “como se tienen que hacer perdonar el molde, son listísimas”, ha criticado. Sólo se permite en el caso de otro estereotipo, el de la “graciosilla”. En el caso de las mujeres mayores, “ni siquiera existen, porque son el último anatema del patriarcado en todos los ámbitos”.

La directora de ‘Hoy por hoy’ de la Cadena SER, programa que ha realizado en directo desde la Casa Palacio de los Briones de Carmona, ha hecho estas declaraciones en el transcurso de su intervención en la mesa redonda ‘Poder y legitimación neoliberal’, en la que ha participado junto a la escritora Laura Freixas y la filóloga Nuria Capdevila-Argüelles. La mesa ha sido moderada por Amparo Rubiales, presidenta del Consejo Social de la UPO, entidad que patrocina el curso ‘La mercantilización de los cuerpos y las vidas de las mujeres’ en Carmona.

Bueno se ha referido también al acoso machista sufrido por una periodista que cubre el Mundial de Rusia asegurando no recordar “un acceso al cuerpo de las periodistas de manera tan descarada”, al margen del “revoloteo” que siempre han padecido las “becarias” en las redacciones y se ha preguntado si no se tratará de la “contrarrevolución” del patriarcado como reacción a los avances conseguidos por el movimiento feminista a partir del último 8M.

La periodista ha recordado sus inicios profesionales en los años 80, cuando llegó a “redacciones llenas de mujeres y despachos llenos de hombres” y cómo a las locutoras se les pedía una voz “acariciadora, cantarina y suave” para dar paso “a los textos que escribían sus compañeros”. Según ha explicado, el prime time informativo de radio y televisión “siempre había sido ocupado por hombres”, al igual que ocurre con los espacios de opinión, de los que ha dicho que a pesar de contar en su programa con algunas de las principales analistas políticas del país “no se las cita porque no se las reconoce como fuentes de autoridad en el ámbito de la opinión”.

Pese a haber asegurado que las empresas informativas “reproducen los estereotipos” sobre las mujeres, cree que “será muy difícil que en las redacciones se dé un retroceso” y que las resistencias están más en las “jerarquías” y que “quienes despreciaban el potencial del 8M ignoraban que ya había reductos de poder –todavía precario, frágil y reversible- de la mujer en los medios que han multiplicado el mensaje y la movilización del 8M”. Aunque ha advertido que “después del pico viene una reacción” que se percibe en el “acoso que sufrimos a través de las redes sociales, sobre todo las mujeres que estamos más expuestas”, ha matizado.

La escritora, crítica literaria y articulista Laura Freixas, por su parte, ha realizado un análisis mediante imágenes publicitarias y de actualidad para mostrar que las mujeres “se representan estereotipadas y sólo existen en la medida en que los hombres las desean; son sólo un cuerpo y encarnación de la fantasía masculina”, ha afirmado. En este sentido, ha subrayado durante su intervención en la mesa redonda que en el “imaginario patriarcal”, las mujeres son “objetos al servicio de los sujetos masculinos”.

Por último, la doctora Nuria Capdevilla-Argüelles, catedrática de Estudios Hispánicos y de Género en la Universidad de Exeter (Reino Unido), ha recordado que en 2017 se cumplieron 10 años de la Ley de Igualdad y el término “feminismo” fue el más buscado en Internet, pero ha reconocido sentir “miedo” porque “cada vez que avanzamos nos dan un bofetón y sufrimos un retroceso”, ha lamentado. La filóloga, que lleva dos décadas dedicada a “intentar comprender la vida de las mujeres” a lo largo de la historia, ha recordado que la ensayista María Campo Alange (1902-1986), autora de la primera historia del feminismo español, ya habló de la “agonía del patriarcado”, ante lo que ha pedido precaución “porque agonizante no es muerto”, ha advertido.