Cursos de Verano

Cristina Cruces: “El flamenco está en uno de los momentos más gloriosos de su historia”

La catedrática de Antropología Social de la Universidad de Sevilla opina que vivir o ser flamenco es practicar un lenguaje que tiene su codificación propia

Cristina Cruces
Cristina Cruces

“El flamenco está en uno de los momentos más gloriosos de su historia, con una feraz creatividad y una calidad extraordinaria. Lo fundamental es que, en todo caso, ya es aceptado por todos que el flamenco es un arte grande, complejo y completo, que puede codearse con cualquier otro y que ocupa los escenarios de todo el mundo”. Así se ha expresado Cristina Cruces, catedrática de Antropología Social de la Universidad de Sevilla con respecto al momento que vive el flamenco en la actualidad.

Cristina ha participado en el curso de verano “El flamenco según Sevilla”, que ha comenzado hoy en la sede de la Universidad Pablo de Olavide en Carmona y en el que ha impartido la conferencia “El baile según Sevilla”. Dicho seminario está dirigido por el periodista y doctor e investigador de flamenco Ildefonso Vergara Camacho.

El flamenco es algo más. Representa mucho más que un arte escénico o un género musical y coreográfico. “Para quienes participan de él, es una forma de expresarse, de comunicar, incluso de vivir. Vivir o ser flamenco es practicar un lenguaje que tiene su codificación propia, sus recursos de comprensión y participación específicos”, asegura la catedrática.

Con respecto a la relación que el flamenco guarda con el pueblo gitano, desde que se habla de flamenco, se define el género como algo nuevo que bebe de muchas influencias, pero que es distinguible por su estética, sus repertorios y sus ambientes, “se identifica con lo gitano. Un pueblo que ha sabido transmitir el corpus flamenco, convertirlo en parte de la vida colectiva y de la ritualización de lo extraordinario”, explica esta estudiosa del flamenco.

Y Sevilla está el epicentro, puesto que en esta ciudad confluyen una serie de factores definitivos para la emergencia y desarrollo del arte flamenco desde sus orígenes, puntualiza Cristina Cruces. Y es que su posición geográfica, como lugar de intercambio de pueblos y culturas, la originaria difusión de establecimientos comerciales como salones y academias, y después cafés cantantes, teatros, tablaos, han coadyuvado a su histórico protagonismo.

“Además, hay que destacar la fuerza que tiene en Sevilla la población gitana, en particular en barrios como Triana, después desplazados a la periferia. Porque lo gitano es esencial en el nacimiento y la evolución del flamenco a lo largo de toda su historia”, destaca la profesora. Por lo demás, en Sevilla se han localizado algunos de los agentes esenciales del mercado flamenco: desde el Ballet Flamenco de Andalucía, instituciones y hasta las oficinas de contratación “que fueron fundamentales para comprender el papel del flamenco en la segunda mitad del siglo XX, como la de Jesús Antonio Pulpón”.

Cuestionada acerca de si el flamenco tiene suficiente reconocimiento en nuestra tierra, Cristina Cruces considera que queda mucho por andar, pero tiene a su favor la construcción de un discurso institucional, su normalización en los medios de comunicación, el acercamiento de la imagen de algunos intérpretes, la popularización de repertorios musicales “y acciones como la inclusión del flamenco en la lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco han sido algunos de los factores que han ayudado a que el flamenco no se vea, como sí en otras épocas, como algo sucio, procaz, propio de gente baja y del mal vivir”,  concluye.

 

27 de junio – 19:30 h