Cursos de Verano

Experto en liderazgo destaca las «habilidades emocionales» como «competencias necesarias» para el trabajo

Samuel Chaves en la sede de la UPO en Carmona
Samuel Chaves en la sede de la UPO en Carmona

El economista, antropólogo, coach y experto en liderazgo, Samuel Chaves Díaz, ha destacado las soft skills como «las claves para cualquier persona en el futuro» y las ha definido como las «competencias personales» que son necesarias para desarrollar bien un trabajo, como la empatía, el trabajo en equipo, la gestión emocional, la motivación o el pensamiento crítico. «Son competencias esenciales para trabajar hoy día», ha declarado.

Así lo ha manifestado con motivo de su participación y dirección del curso de verano ‘Liderazgo para el bienestar y la salud mental en la empresa del siglo XXI’ que comenzó el pasado jueves en la sede de la Universidad Pablo de Olavide en Carmona y finaliza este viernes.

Ha detallado que las cualidades más importantes que debe tener un buen líder son la empatía, para poder ponerse en el lugar del otro; la capacidad de escucha, ya que «si no sabes lo que le pasa a tu equipo, va a ser muy difícil liderarlo»; el autocuidado, para dar ejemplo; generar un «espacio seguro» en el que se ofrezca un entorno de confianza y que las personas puedan dar lo mejor de sí mismas y no se coarten sus ideas o pensamientos; y por último, el autoliderazgo, porque «si no lideras primero tu vida, va a ser complicado liderar a los demás».

Asimismo, ha explicado que el nuevo modelo de liderazgo empresarial del siglo XXI se basa en un líder «que esté al servicio de su equipo, que se cuide y cuide a los demás» con el fin de generar empleados «autónomos, que sean capaces de crecer y trabajar por sí solos» pero sabiendo en qué momento tienen que recurrir al líder. Esto rompe con el antiguo prototipo de jefe del siglo pasado, que se centraba en un rol «autoritario, que arrastraba a mucha gente y no promocionaba el trabajo en equipo». «No se trata de quitarle responsabilidad al líder, sino en cambiar la forma de gestionarla», ha aclarado.

El coach también ha señalado que, en este aspecto, influyen mucho los «nuevos planteamientos en cuanto a las relaciones laborales» de los jóvenes, ya que ha asegurado que «no están dispuestos a trabajar a cualquier precio» y, para ellos, «el dinero ya no es lo más importante, sino que priorizan otras cuestiones». Este factor está generando problemas a las empresas para «atraer y retener a ese talento», porque la gente «quiere trabajar en un entorno agradable». En su opinión, «sin un ambiente agradable, la empresa tampoco puede sobrevivir» y para cumplir con las necesidades del mercado, las empresas deben «adaptarse a los cambios y ser flexibles», lo que se consigue teniendo «equipos comprometidos y unidos».

Ha apuntado que, aunque la presión y el estrés «siguen funcionando» en las empresas, no pueden ser «constantes» y hay que «regularlos» ya que pueden conllevar problemas como «la ansiedad, la depresión e incluso problemas de salud física». En este sentido, ha destacado la importancia de aplicar medidas para prevenir este tipo de daños y cuidar así «el bienestar emocional y la salud mental» de los trabajadores.

Al hilo de esta idea, Chaves ha afirmado que hoy día, las empresas ya están implementando este tipo de medidas al ofrecer diferentes ayudas para la salud física, como ir al gimnasio, de comida saludable o cursos de yoga y mindfulness, e inclusos algunas «tienen a tu disposición un psicólogo o coach» al que se puede acudir cuando lo necesites. Sin embargo, ha asegurado que estas medidas al final son un «parche» y que hay que buscar un modelo de negocio «que no genere ese estrés y conflictividad entre compañeros» pero que sea sostenible sin renunciar a la rentabilidad. «Las empresas deben de tener la sensibilidad suficiente para detectar si algo no va bien e intentar buscar soluciones mediante acuerdos», ha añadido.

Ha aseverado que el paso que tienen que hacer las empresas, sean grandes o pequeñas, es tener un «plan de bienestar y salud mental», que puede englobar, además, otros aspectos como la igualdad, para asegurar que «haya los mismos derechos para todas las personas de la empresa independientemente de su género, orientación sexual u origen» y no exista un «sesgo» a la hora de ascender.

Para terminar, ha resaltado las diferencias entre el liderazgo femenino y masculino «debido al rol asignado a cada uno culturalmente» y que las mujeres están transicionando al mundo empresarial «manteniendo su esencia y sus características de líder, sin masculinizarse». Por su parte, los hombre están explorando las «nuevas masculinidades», que tratan de incorporar características que «siempre se han asociado a las mujeres, pero que en realidad poseemos todos», como la sensibilidad, la vulnerabilidad y el perder el miedo a equivocarse, ha concluido.