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Mercedes de Pablos sobre la conciliación: «Es una de las mayores aportaciones del feminismo»

Mercedes de Pablos en la sede de la UPO en Carmona
Mercedes de Pablos en la sede de la UPO en Carmona

La periodista y escritora Mercedes de Pablos Candón ha declarado que «la conciliación» ha sido una de las mayores aportaciones del feminismo «para la calidad de vida de todos», alegando que la propuesta de la jornada laboral de 35 horas es «casi una proclama feminista», y que «la organización del tiempo es fundamental para no «dejar de lado otros aspectos que nos hacen humanos», para empezar a «trabajar para vivir, y no vivir para trabajar».

Así lo ha manifestado con motivo de su participación en el curso ‘Mujeres y la Historia, la historia de las mujeres’, que dirige junto con la doctora en Derecho Amparo Rubiales Torrejón y que comenzó el pasado lunes en la sede de la Universidad Pablo de Olavide en Carmona.

Dicho curso también está codirigido por la eurodiputada y catedrática de Historia Económica Lina Gálvez Muñoz; la catedrática de Química Inorgánica Adela Muñoz Páez y la profesora titular de Derecho Constitucional Blanca Rodríguez Ruiz, además de estar coordinado por la arquitecta y cofundadora de TerritoriAs Alicia Pérez García.

Ha definido el feminismo como un «movimiento político» y una «ideología», porque la igualdad es un «valor con el que uno puede sentirse o no identificado», pero ha resaltado que, además, también en un movimiento «que tiene que ver con las relaciones personales, con nuestra espiritualidad y con nuestra forma de amar». «Tiene que ver con la manera en que los hombres y las mujeres nos vemos en el mundo y nos beneficia a todos. Es antisexismo», ha asegurado.

También ha señalado que es «el movimiento emancipatorio más interesante que ha ocurrido en el siglo XX» y el «protagonista de los grandes cambios sociales del siglo XXI», por todo lo que significa en cuanto a revolución, «tanto en lo público como en lo privado». A raíz de esa «sacudida emancipatoria por la igualdad» se ha descubierto la «diversidad», de la que el feminismo «no es ajeno», y se extrapola a nivel internacional, ya que «tiene que ver con los derechos humanos, que engloban el derecho a la igualdad».

En opinión de la periodista, hay dos momentos de la historia de España de los que «deberíamos de sentirnos orgullosos» en este ámbito: Por un lado, las vanguardias de finales del siglo XIX y principios del XX –representadas por figuras como Clara Campoamor–, concretando el caso de Andalucía con la «Constitución non nata regionalista de Antequera», la cual recogía en su artículo cuatro «la igualdad entre hombres y mujeres» a pesar de que faltaban más de 30 años para que pudiera darse el «sufragio universal en Europa»; por otro lado, ha mencionado la  «ley de igualdad integral», de 2004 y 2007, y una «ley de derechos del matrimonio igualitario», siendo España uno de los «primeros países» en tener este tipo de leyes.

Sin embargo, también ha advertido de que existen «muchas amenazas» al encontrarnos en un momento «muy complejo de las relaciones internacionales, las relaciones políticas y, sin duda, del sistema económico en el que vivimos –en el que se ha movido el neoliberalismo, la socialdemocracia o el Estado del Bienestar–«. «Para algunos, lo fácil sería que las mujeres volvieran a casa, se callaran y ocuparan ese puesto invisible del trabajo no remunerado en el hogar que los mantiene a flote», ha apuntado, y que «también se puede retroceder», como la mujer moderna de los años veinte y treinta en nuestro país, que desapareció al final de la Guerra Civil».

En cuanto al marco legal sobre este aspecto, De Pablos ha afirmado que «debe estar sustentado en políticas activas de promover la igualdad y luchar contra la desigualdad en todos los sentidos» y no aplicar leyes «que se acaben derogando por falta de presupuesto». «Todavía nos falta mucho por poner en marcha esas leyes y protocolos de políticas activas que garanticen, además de la presencia de las mujeres, la igualdad de condiciones», ha explicado.

Para terminar, ha apostado por «realizar un buen diágnostico de la sociedad» para comprender en qué situación se encuentra la mujer para acabar con la desiguladad de género, junto con la aplicación de las «políticas activas» ya mencionadas, y que no olvidemos que es «una conquista de derechos humanos que nos beneficia a todos». «No hay nada más importante como el derecho a decidir tu lugar en el mundo», ha concluido.

Fuente: Europa Press

Curso 2024/25