Cursos de Verano

Las capacidades personales, fundamentales para mejorar la calidad de vida de las personas excluidas

Alejandro Martín, asesor técnico de menores de la Delegación de Igualdad y Políticas Sociales, alerta de que las solicitudes de salario social han aumentado un 120% desde 2008 en toda Andalucía

Alejandro Martín, asesor técnico de menores de la Delegación de Igualdad y Políticas Sociales
Alejandro Martín, asesor técnico de menores de la Delegación de Igualdad y Políticas Sociales

La inclusión total de una persona que proviene a nivel familiar y personal de una situación de exclusión social es una quimera. Así de rotundo se muestra Alejandro Martín Pluma, asesor técnico de menores de la Delegación de Igualdad y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía, quien asegura además que sí se puede hablar de que una persona en exclusión ha conseguido mejoras en su situación, o que proviniendo de una exclusión severa han logrado salir de ella, evitando así las condiciones de extrema privación.

En esta situación, las capacidades personales son “fundamentales” –en opinión de este trabajador social- no tanto para dejar de ser una persona en exclusión, “ya que la salida de esta situación depende más de factores que tienen que ver con la voluntad política y la puesta a disposición de recursos”, si no como un elemento que ayuda a mejorar la calidad de vida de estas personas  dentro de la situación de deprivación. Observamos  que personas que tienen una autopercepción positiva y fuerte  se enfrentan a los problemas diarios con otra determinación y consiguen mejoras en su situación sociofamiliar, a diferencia de los que mantienen una autopercepción negativa”.

Alejandro Martín ha realizado estas declaraciones en el ámbito del curso “El individuo como motor de cambio en los procesos de inclusión social”, que se imparte dentro de la programación de la XIII edición de los cursos de verano que la Universidad Pablo de Olavide celebra cada año en su sede de Carmona y que dirige.

Según ha explicado este licenciado en Sociología, en el proceso de la exclusión de una persona influyen tres factores interrelacionados entre sí. En primer lugar, las oportunidades, entendiendo éstas como los elementos de compensación que la sociedad ofrece a los individuos en materias tan esenciales como el empleo, la formación, la vivienda, la salud o la participación política. En segundo lugar, la socialización, tanto familiar como étnica, considerándola un elemento clave que influye en una menor o mayor inclusión social. Y finalmente, las características personales de los individuos, en relación a sus capacidades y a su empoderamiento.

En relación a los perfiles más frecuentes de las personas excluidas, Martín Pluma ha explicado que éstos son muy heterogéneos; así nos podemos encontrar con personas transeúntes o sin hogar; con discapacidad y/o problemas de salud mental; personas mayores solas y aisladas; familias deprimidas socialmente, residentes en asentamientos chabolistas o en zonas con necesidad de transformación social; inmigrantes en situación no regular, personas con problemas de adicción al alcohol y/o drogas y personas pertenecientes a minorías étnicas. “En este sentido, no hay que olvidar el proceso de exclusión histórica de la etnia gitana, mayoritaria en Andalucía”, según ha apuntado Alejandro Martín.

El incremento de número de personas excluidas ha sido proporcional “al paso de los meses de la crisis económica, sin que se detectara mejora alguna”, ha manifestado el director del curso. Para corroborar esta afirmación ha expuesto los datos oficiales de las personas que han solicitado el ingreso mínimo de solidaridad, también llamado salario social “y que supone la última ayuda económica que se puede solicitar ya dentro de un proceso de exclusión social ha aumentado un 120% desde el 2008 en toda Andalucía”.

Además, Alejandro Martín ha expuesto otros datos como los del último informe Foessa, en el que se refleja que el 25,1% de la población está en situación de exclusión social en España. Además, según las estadísticas del Eurostat y de los indicado­res europeos Arope, Andalucía es la comunidad más pobre de España superando en más de 12 puntos por­centuales la media nacional situada en el 27,3% (más de 13 millones).

“Pero si hablamos de la población infantil los porcentajes se disparan en Andalucía. Recientemente Unicef ha publicado un dato demoledor: el 51,1% de los menores en Andalucía está en riesgo de pobreza y exclusión social”, según ha manifestado el trabajador social.

Para concluir, Martín Pluma ha opinado que las políticas sociales están mal enfocadas en la actualidad a todos los niveles, “siendo totalmente insuficientes para mejorar la situación de las personas en exclusión social. Existe un factor determinante en este fracaso y es que estas políticas no están diseñadas por profesionales de lo social. Se diseñan por políticos que desconocen la multidimensionalidad del proceso de exclusión social y que normalmente se mueven en base al rédito electoral”.

Curso 2024/25