Cursos de Verano

«En el sistema de autoedición, el escritor termina trabajando más que la editorial y encima pagando»

La escritora María Zaragoza asegura que las editoriales pequeñas “hacen apuestas arriesgadas en las que creen y abren mercado”, y recuerda que “la mitad de cada obra es constancia y esfuerzo”

La escritora María Zaragoza ha participado en el curso de verano “Taller de escritura creativa: de la idea a la palabra. Disparadores creativos y recursos”.
La escritora María Zaragoza ha participado en el curso de verano “Taller de escritura creativa: de la idea a la palabra. Disparadores creativos y recursos”.

La escritora María Zaragoza asegura no creer en el sistema de autoedición “porque uno acaba trabajando más que la editorial y encima pagando”. Por el contrario, dice que las editoriales pequeñas “son otra cosa”, ya que por lo general “hacen apuestas arriesgadas en las que creen, abren mercado, y están más dispuestas a tomar riesgos porque tienen una estructura más fácil de mantener que las grandes editoriales”. Así, aconseja estar al día de sus publicaciones “porque las letras más frescas y nuevas suelen empezar por verse ahí”.

Zaragoza ha realizado estas declaraciones coincidiendo con el curso “Taller de escritura creativa: de la idea a la palabra. Disparadores creativos y recursos”, que dirige el poeta Jesús Cárdenas en el marco de los cursos de verano que la Universidad Pablo de Olavide celebra cada año en su sede de Carmona. La escritora ha participado en la mesa redonda “El oficio de escritor: inspiración y genio frente a aprendizaje y trabajo” y ha pronunciado la conferencia “Qué hace que una novela funcione: la estructura, el conflicto y los personajes”.

Para María Zaragoza, un escritor puede tener un talento natural, “pero la mitad de cada libro es constancia, esfuerzo y capacidad de aprendizaje”, por lo que recomienda a los autores noveles “presentarse a todos los concursos que convengan para lo que uno quiere hacer con su carrera y hacerse una lista de editoriales que tengan una línea parecida a lo que uno hace”. Además, considera importante escribir un pequeño resumen del libro que se envía a la editorial “para hacerlo atractivo”. Y, por último, “hace falta paciencia” y tener claro que “de cada quince proyectos que uno tenga, lo normal es que interesen uno o dos”.

Aunque cree que la literatura “goza de muchísima mejor salud de lo que se quiere creer”, porque “siempre hay escritores haciendo cosas arriesgadas y escribiendo textos que permanecerán en el tiempo”, reconoce que es muy difícil que un escritor pueda vivir de su trabajo “salvo que tenga un éxito de ventas o no necesite mucho para vivir”, por lo que, en líneas generales, todos los escritores tienen una ocupación complementaria como modo de vida.

Cuestionada sobre las claves para que una novela tenga éxito, Zaragoza recurre a Borges: “las obras maestras son siempre fruto del azar o de la negligencia”, si bien enumera una serie de cuestiones básicas “como la congruencia, evolución creíble de los personajes, desarrollo de la trama, y también trucos que funcionan o cosas que no funcionan nunca o rara vez gustan a los editores”. En cualquier caso, “si el lector no se emociona con lo que está leyendo, a nivel emotivo o racional, algo está fallando”, señala.

Por último, considera que los personajes de cualquier relato “han de estar construidos sin prejuicios, sin miedo a hacerles daño, con deseo y con todo lujo de detalles, aunque algunos jamás vayas a usarlos”. Asimismo, cree que justificar los actos de los personajes “siempre es un error”, ya que carece de importancia que el lector piense que son encantadores u odiosos, sino que sea capaz de empatizar con su pensamiento aunque le resulte desagradable. “Un lector no debe saber jamás si un autor está protegiendo a su personaje”, concluye.

Curso 2024/25