El director del Observatorio Internacional de Estudios Sobre Terrorismo (OIET), Carlos Igualada, ha participado, este martes, en la decimoquinta edición del ‘Curso internacional sobre terrorismo yihadista: la reconfiguración de la amenaza’ en el marco de los Cursos de Verano de la Universidad Pablo de Olavide, en la Casa Palacio de los Briones, sede de la UPO en la localidad sevillana de Carmona.

En el marco de la conferencia: ‘Atentados de Barcelona y Cambrils: ¿Inspirados o guiados por Daesh?’, Igualada ha señalado que el trabajo que hacen las fuerzas de seguridad en España “es excelente y, de hecho, todos los servicios de seguridad en Europa, así lo afirman al tomarlos como referentes de cómo se lucha ante la amenaza terrorista”.

En la actualidad, aunque el nivel terrorista en el territorio español continúa estando en el nivel 4 de alerta, ha bajado el peso y el alcance que la propaganda yihadista tiene en los procesos de radicalización, y como él mismo señala sobre el Estado Islámico, “ya no es una opción tan atractiva como lo fue hace años” para la radicalización. “Un cúmulo de factores son los que contribuyen para que en este momento no sea tan alto el nivel de amenaza, pero sin duda alguna, esta sigue existiendo y en cualquier momento puede darse un atentado por parte de algún individuo autoradicalizado que decida dar el paso a la violencia”, ha añadido el director del OIET.

Los puntos calientes donde el terrorismo yihadista tiene más presencia en España, según el experto, los centran en los lugares donde se han producido mayor número de operaciones para desarticularlos; es decir Madrid, Cataluña, Ceuta y Melilla, pero señala que las herramientas de los individuos para radicalizarse son fundamentalmente las redes sociales e internet “y a ellas se puede acceder desde cualquier parte”.

Por este motivo, señala Igualada, uno de los campos de batalla fundamentales para la lucha contra la radicalización yihadista se libra en la web. Principalmente en Europa por el uso intensivo que se hace de la tecnología, donde “se está viendo como en los últimos años se pueden dar casos de autoradicalización sin el contacto directo con otras personas o agentes adoctrinadores que inicien ese proceso, sino por uno mismo a través del uso de la propaganda”, ha señalado.

Sin embargo, aunque, en Europa, el virtual sea un campo de batalla primordial, hay otros lugares en el mundo donde “hay que implementar otras medidas que van desde la propia lucha antiterrorista o la vía militar, hasta medidas de desarrollo para que en países que tienen problemas educativos, económicos o de desarrollo humano, no se conviertan en propicios para la radicalización como ocurre en África”, ha concluido el director del OIET.