Entrevista

«El sistema electoral en España no respeta los principios constitucionales de igualdad y libertad del voto»

Entrevista a Carlos Alarcón Cabrera, catedrático de Filosofía del Derecho de la Universidad Pablo de Olavide, presidente de honor de la Sociedad Española de Filosofía Jurídica y Política

Carlos Alarcón es catedrático de Filosofía del Derecho de la UPO
Carlos Alarcón es catedrático de Filosofía del Derecho de la UPO

Carlos Alarcón Cabrera es catedrático de Filosofía del Derecho en la Universidad Pablo de Olavide. Anteriormente había impartido esta materia en las universidades de Sevilla y de Huelva, y como profesor visitante en las universidades públicas de Pavía y Helsinki. Ha escrito una quincena de libros de su especialidad, entre los que destacan «La paz en el constitucionalismo comparado» (1988), «Normas y paradojas» (1993), “Diccionario crítico de los derechos humanos” (1999), “Justicia electoral” (2004), “Historia electoral de los Estados Unidos” (2006) y “La interpretación y la aplicación del Derecho” (2011). Ha sido director del Departamento Theodor Mommsen de la Universidad de Huelva, secretario general de la Universidad de Huelva, director del Departamento de Derecho Público de la UPO y vicerrector de Relaciones Institucionales e Internacionales de esta universidad. Ha sido desde 2007 hasta 2011 presidente de la Sociedad Española de Filosofía Jurídica y Política, sociedad que le nombró el pasado 15 de marzo presidente de honor. 

 

Recientemente ha sido nombrado presidente de honor de la Sociedad Española de Filosofía Jurídica y Política ¿Qué significa para usted este nombramiento?

Para mí es un honor y un reto ya que desde que hace 28 años comencé como docente de Filosofía del Derecho y Filosofía Política he estado muy ligado a la SEFJP. Ha sido el nexo de unión entre los departamentos de las diferentes universidades, así que las actividades organizadas por ella me sirvieron desde un primer momento para entablar estrechas relaciones personales que han servido de complemento del conocimiento de la obra escrita de los demás. Desde finales de los noventa estuve en la junta directiva de la Sociedad. En total 12 años, 4 de ellos como vicepresidente y los 4 últimos como presidente. Este fue el motivo por el que se propuso mi nombramiento como presidente de honor, de forma que pudiera seguir participando en la coordinación de las actividades y cometidos de la sociedad.

 ¿A qué se dedica esta Sociedad?

Esta Sociedad nace en 1963 para propiciar el intercambio de ideas entre quienes se dedican a la Filosofía del Derecho y la Filosofía Política en España. Organiza anualmente jornadas sobre temas de actualidad, que tienen lugar cada vez en una universidad distinta. También edita una revista anual, el Anuario de Filosofía del Derecho. Y junto a las sociedades hermanas de más de 100 países compone la Asociación Internacional de Filosofía Jurídica y Social, que también organiza periódicamente congresos.

Cuando me integré en esta sociedad, en 1985, la transición democrática estaba terminando, y muchos integrantes destacados de ella estaban jugando un papel muy importante para culminar este proceso. Pienso en profesores como Joaquín Ruiz Giménez, Gregorio Peces-Barba, Elías Díaz. A ellos y a muchos otros de sus generaciones les debemos que la democracia también entrara en la universidad, en los departamentos universitarios, tan dominados hasta entonces por el oscurantismo y el clientelismo. 

¿Me podría explicar qué estudia la Filosofía Jurídica y Política? 

La Filosofía Jurídica y Política pretende ir más allá del Derecho positivo, del Derecho realmente existente en un lugar y sitio determinado, y reivindicar la primacía de una serie de valores que deben presidir los ordenamientos jurídicos. Valores como la libertad, la igualdad, la paz, la justicia, y que en las últimas décadas tienen su concreción en los derechos humanos, en unos derechos que todos los seres humanos tienen y no pueden en ningún caso perder. Después de una primera generación de derechos humanos centrada en la no intromisión del Estado en la esfera de libertad de los individuos, y otra segunda fundamentada por el contrario en la intervención estatal para garantizar derechos económicos, sociales y culturales, en la actualidad estamos ante una tercera generación de derechos humanos en la que se rebasa el ámbito individual y social para integrarlos en el contexto del necesario respeto al medio ambiente sobre la base de principios relacionados con el desarrollo sostenible que pueden servir para consolidar lo logrado en las dos anteriores generaciones. 

En un contexto de crisis como el que vivimos, ¿qué puede aportar la Filosofía Jurídica y Política? 

Creo que la crisis actual no es sólo una crisis económica, sino una crisis que inunda múltiples ámbitos, y por ello el papel que puede jugar la Filosofía, en general, no se puede menospreciar. En un contexto predominantemente economicista es necesario no olvidar la importancia de la reflexión filosófica, del análisis profundo de los problemas, del estudio de las raíces de los conflictos. En particular la Filosofía Jurídica y Política se centra en los problemas sociales, en cómo se han ido originando y en cómo se puede llegar a soluciones duraderas, a largo plazo, más allá de la respuesta jurídica y política más útil para resolver coyunturalmente el conflicto de que se trate. Creo que la Filosofía Jurídica y Política debe recordar que no todo es economía, que además de primas de riesgo, deudas soberanas, bancos malos, etc., hay también seres humanos, con frecuencia formando redes sociales, que son sujetos normativos y que deben ser sobre todo quienes construyan la normatividad. 

Centrándonos más en su persona, ¿en qué proyectos de investigación está trabajando actualmente? 

Desde hace varios años estoy trabajando fundamentalmente en problemas relacionados con los déficits de representación política, y en concreto, con las propuestas de reforma de nuestro sistema electoral. Creo que esta cuestión no es sólo de “técnica democrática”, sino que se acerca al núcleo de la crisis de democracia que padecemos en la actualidad. Junto a otros compañeros del departamento, hemos estudiado las ventajas e inconvenientes de los principales sistemas electorales comparados, y tratamos de aplicar las conclusiones a nuestra realidad política para terminar proponiendo en concreto un sistema electoral bastante diferente del actual, acorde de verdad con los principios constitucionales de igualdad del voto y de libertad del voto, que a mi juicio no se respetan con la normativa vigente. 

Tras 28 años profesando la Filosofía del Derecho, ¿qué consejos daría a los más jóvenes, a los que están iniciándose? 

Llevo 28 años dedicado a la docencia en Filosofía del Derecho y Filosofía Política, algo que para mí fue desde el principio completamente vocacional. Recuerdo con mucho placer los años de elaboración de la tesis, años de creación que contrastaban con los años anteriores de la licenciatura, que al fin y al cabo no deja de significar sumisión a unos programas, en aquella época muchas veces obsoletos, poco útiles y que dejaban poco espacio para la imaginación, la ilusión y la creación. Pienso que esta experiencia es imborrable e impagable, y estoy seguro de que es compartida por la mayoría de los que nos dedicamos a la Filosofía. Lo que ocurre es que junto a estos elementos positivos nos encontramos con la infravaloración de las materias que no dan una utilidad económica directa, y eso evidentemente repercute negativamente en el caso de la Filosofía Jurídica y Política. Creo que no hay que perder de vista nunca la relevancia del conocimiento teórico, general, interdisciplinar, imprescindible para el acercamiento riguroso a las áreas de cualquier rama del saber.

Curso 2024/25