La publicación por el Consejo de Europa del “Marco Común Europeo de Referencia para las Lenguas: Aprendizaje, Enseñanza, Evaluación” (MCER) en el año 2001 (Año europeo de las lenguas) supuso un punto de inflexión en el aprendizaje y enseñanza de lenguas a nivel mundial, ya que desde entonces se ha convertido en el documento base para, entre otras cosas, certificar niveles de competencia lingüística que pueden ser reconocidos a nivel internacional, lo que ha contribuido considerablemente a la movilidad laboral de los europeos.