Entrevista

«El público se sumerge en este bosque interminable que te recuerda que eres parte de la naturaleza»

Entrevista a Rinat Izhak, artista israelí afincada en Sevilla y autora de la instalación artística “Mirar más allá de lo que vemos”

La artista Rinat Izhak
La artista Rinat Izhak

El edificio Alexander von Humboldt de la Universidad Pablo de Olavide alberga hasta el 30 de octubre la instalación artística “Mirar más allá de lo que vemos”, una obra que recrea un bosque de 200 metros en este lugar que combina los elementos arquitectónicos y la naturaleza, y que se refleja en una cristalera de 17 metros. Su creadora, la artista israelí Rinat Izhak, nos describe en esta entrevista este bosque que habla de paz y naturaleza.

 

¿Qué quiere expresar con esta obra? 

Principalmente me he fijado en la naturaleza. Somos parte de ella, la naturaleza es vida y tenemos que protegerla. La primera vez que vine a la Universidad Pablo de Olavide me llamó la atención la riqueza natural que la rodea. Lo que quiero expresar con esta obra es que tenemos que observarla, tenemos que cuidarla, tenemos que valorarla. Estar aquí y poder pasear en este entorno es un privilegio.

 ¿Cómo surgió la idea? 

Cuando buscamos un lugar para exponer en el “II Encuentro Mil formas de mirar y hacer. Artes y Educación” paseamos por todo el campus y vimos muchos sitios, pero ninguno me convencía. Entonces, nos sentamos en un banco del edificio Alexander von Humboldt, frente a una cristalera. Yo no paraba de mirar el paisaje que reflejaba la cristalera, mi mirada buceaba en la naturaleza detrás de mí y entonces las columnas se trasformaron en árboles. Lo vi claro: quise hacer real la imagen que vi reflejada y crear el bosque que vi en mi imaginación.

¿Cómo ha sido el proceso creativo?

En esta obra he jugado con muchos elementos. El papel de los árboles es traslúcido y he empleado la tinta china, de manera que la luz natural que va cambiando a lo largo del día también va cambiando la obra. Quise poner los troncos de los árboles en la superficie de piedras para jugar con el reflejo del cristal, y crear así otro espacio con este reflejo. La barandilla es de metal, así que añadí tonos verdes con hojas de palmeras. Después pensé ¿y por qué no ponemos texto? La poesía me encanta, así que pedí ayuda a mis amigos, que me mandaron algunos textos. Finalmente elegí un pequeño poema de Lola García Espinares. Con ayuda de mi asistenta Paula Pérez de Vargas Segovia, artista de las palabras, redujimos el texto de Lola para que, en pocas palabras pudiéramos decir mucho, como esta obra. Así le pudimos dar una sorpresa a Lola, que no supo que había elegido su poema hasta el momento de la inauguración. Desde dentro del edificio puedes leer la poesía, que enmarca el bosque que se ve a través del cristal, y desde fuera puedes ver el mismo poema escrito del revés y que evoca las copas de los árboles. Para implicar aún más al público, coloqué un espejo en una columna donde el visitante se refleja y se sumerge en este bosque interminable que te recuerda que eres parte de la naturaleza, que la naturaleza es vida y que necesita ser protegida.

El espectador entonces se implica en su obra a través de esas múltiples miradas ¿Por qué para usted es tan importante la participación del público? 

Al hacer que la gente participe empieza a formar parte de la obra, entonces adquieren una experiencia. Realmente se trata de buscar dentro de la obra y encontrar y sacar tu propio artista, despertar la creatividad, una experiencia realmente bonita. Una de las actividades programadas en el II Encuentro “Mil Formas de Mirar y Hacer: Artes y Educación” era una visita interactiva a la instalación artística. Durante la misma, las personas asistentes interactuaron con la obra y dejaron sus personales “miradas” en una galería de fotos virtual, que sigue activa y en la que los interesados pueden seguir participando subiendo sus fotos a una página de Facebook que hemos llamado «Mirar más allá de lo que vemos» y que creamos para la ocasión. 

¿Qué otros temas le inspiran además de la naturaleza?

En toda mi carrera me han inspirado dos temas: la naturaleza y la sociedad. Junto a la naturaleza, esta obra también evoca otra de mis inquietudes: la necesidad de la humanidad de vivir en paz.  Los troncos de árboles parecen personas, me trasmiten paz, memoria, tranquilidad, que trasmite la esperanza de tener un mundo mejor. 

¿Cómo se define como artista? 

Soy una artista que utilizo toda mi experiencia de mi vida personal y de mis estudios: hago lo que me pide la obra, utilizando mi conocimiento de arquitecta, diseñadora gráfica, artista y busco la mejor manera para expresarla diseñando expresamente para el sitio en el que se va a exponer mi obra. Lo que veo lo materializo. Después de sorprenderme a mi misma, puedo confirmar que mis visiones se hacen realidad. 

¿Cuáles son sus próximos proyectos?

Del 16 de octubre al 26 de noviembre, en el Baluarte de la Candelaria, en Cádiz, podrá visitarse mi exposición “Seres Invisibles”, que forma parte del Proyecto Atalaya de la UPO “Arte y Compromiso”. Se trata de pinturas inspiradas en las guerras que ideé en 2014 por el conflicto entre judíos y palestinos. De las guerras siempre nos llegan cifras. Pero detrás de cada número hay un ser que un día tuvo una vida, una familia, personas que le querían y a las que querer, con las que ya no podrá cumplir ninguno de sus deseos para el futuro. En cada número se esconde un ser invisible, atrapado en una cifra. Con esta exposición quiero hacer visible la esencia de cada una de estas personas anónimas.

Esta exposición será una continuación de “Mirar más allá de los que vemos”, no sólo porque ambas son acciones vinculadas al Proyecto Atalaya coordinado por la UPO y ambas nacen de mí como creadora, sino también porque la experiencia vivida durante la inauguración de “Mirar más allá de los que vemos” quedó grabada, y esas imágenes formarán parte de la experiencia en la que os invitamos a participar en Cádiz a través de “Seres Invisibles”.

Curso 2024/25