Entrevista

Daidee Veloz: “Queremos comunicar y visibilizar la diversidad y riqueza de las acciones culturales de la UPO”

Ofreciendo el contexto idóneo para poner en valor iniciativas culturales tanto de la comunidad universitaria como de la sociedad en general, el Vicerrectorado de Cultura y Compromiso Social proporciona, a través del trabajo que se lleva a cabo en el Servicio de Extensión Cultural, una formación alternativa a la especialización de la educación académica de los universitarios. Daidee Veloz, coordinadora técnica de este servicio, nos habla en esta entrevista sobre las actividades y proyectos relacionados con los distintos ámbitos artísticos que se realizan en la Universidad Pablo de Olavide.

Daidee Veloz en 'El Entramado'
Daidee Veloz en ‘El Entramado’

Pregunta: “La UPO es cultura” es el lema de la campaña de difusión de Extensión Cultural, promovida por la Unidad de Cultura y Participación Social del Vicerrectorado de Cultura y Compromiso Social. ¿Nos podrías hablar de esta campaña como coordinadora de su programación?          

Respuesta: Con “La UPO es cultura” queremos comunicar y visibilizar la diversidad y riqueza de las acciones culturales realizadas en la Universidad Pablo de Olavide por el Servicio de Extensión Cultural. En ésta se articulan los programas y proyectos referidos a la promoción de la creación, a la difusión del pensamiento crítico y al fomento de la cultura para y con la comunidad universitaria y la sociedad en su conjunto.  Se desarrollan varias líneas de trabajo cuyo objetivo común es ofrecer formación, sensibilización y acción cultural participativa: la Agenda Cultural de la UPO, el Programa “Artes y Formación”, los Proyectos Atalaya, el Programa “Cultura Mínima” y la gestión del Espacio Cultural de la UPO “El Entramado”.

P: Respecto a las líneas más recientes y novedosas ¿podrías explicar las especificidades del Programa Cultura Mínima?

R: Surge de la búsqueda de alternativas para provocar y despertar la inquietud creadora y la participación activa de la comunidad universitaria, del entorno social de la UPO y del tejido artístico y creativo de la ciudad. Está dirigido a todas las personas y agrupaciones  que deseen participar con sus creaciones, tanto  pertenecientes a la comunidad universitaria de Sevilla como a la sociedad en general. Acoge propuestas desarrolladas en el ámbito de las artes en todas las disciplinas: artes escénicas, artes plásticas, cine, música, literatura, flamenco, recitales de poesía, presentaciones de libros…

Opera por convocatoria abierta en el mes de enero de cada año y la evaluación de las propuestas presentadas. A partir de la selección de las piezas, se diseña un programa que se articula a razón de dos funciones al mes entre los meses lectivos de marzo a diciembre del año en curso. Se desarrolla íntegramente en el Espacio Cultural de la UPO “El Entramado”, ubicado en la antigua guardería, en el Edificio 42 del Campus.

P: ¿Qué nos puedes decir de “El Entramado” y su consolidación como espacio cultural de la UPO?

R: Contar en el campus con un espacio dedicado íntegramente a la cultura era una necesidad reconocida. Se han hecho verdaderos esfuerzos tanto en su adecuación técnica -para ello hemos contado con el apoyo de la Dirección General de Universidades a través del Proyecto Atalaya- como en su mantenimiento, teniendo la colaboración del Servicio de Infraestructuras de la UPO. A día de hoy el uso del mismo está a pleno rendimiento, pues allí tienen lugar las horas de formación, ensayos y producción de las agrupaciones culturales de la UPO que conforman el Programa Artes y Formación: Aula de Artes Escénicas La Escalera Teatro, el coro de la UPO, la peña universitaria “Sentir Flamenco” y el coro South Gospel de Sevilla, con quien mantenemos un convenio de colaboración. Y prácticamente el 95% de la programación gestionada por el Servicio de Extensión Cultural.

Gracias a Cultura Mínima el objetivo de posicionarlo como espacio cultural se va consiguiendo, es un trabajo lento que requiere la visibilización y reconocimiento del mismo y sobre todo el uso y disfrute de la comunidad universitaria.  “El Entramado” está a disposición de todos. Además, es altísimo el número de colaboraciones que establecemos tanto con las facultades como con el Centro de Estudios de Postgrado para el uso de nuestras instalaciones en el desarrollo de actividades académicas que requieren el uso de un espacio formativo “no convencional”. Su gestión se coordina íntegramente desde Extensión Cultural.

P: ¿En qué consiste el Proyecto Atalaya?

R: La Dirección General de Universidades de la Consejería de Economía y Conocimiento de la Junta de Andalucía lo impulsa y apoya. Atalaya pone su atención en el trabajo común que en materia cultural, desarrollan las universidades públicas andaluzas, favoreciendo el trabajo en red y contribuyendo a defender una cultura nacida, programada y gestionada desde las mismas.

Cada universidad propone y coordina un proyecto del que se benefician y participan el resto de las universidades. Es un espacio de trabajo que permite compartir actividades de diverso carácter y con ello favorece la variación en las propuestas y la colaboración entre las diez universidades públicas de Andalucía, España y el mundo, pues cada vez más se trabaja en la internacionalización de los proyectos.

P: Recientemente se ha celebrado el IV Encuentro Mil Formas de Mirar y Hacer,  que es una de sus acciones ¿Nos podrías hablar de él?

R: En este marco, la UPO coordina desde el curso 2013/2014, el proyecto “Arte y Compromiso. Experiencias para el cambio social”, directamente vinculado a una de las líneas estratégicas de nuestra universidad: el compromiso con nuestro entorno. Así, nuestro proyecto nace con el objetivo de fortalecer la vinculación de la institución con la sociedad en la que desarrolla su labor. Es por ello que sus acciones se centran en trazar nítidos itinerarios que favorezcan espacios de acción e investigación en las diversas formas en las que las disciplinas artísticas se acercan a las problemáticas sociales. Una de estas acciones son efectivamente, los “encuentros” pensados como jornadas de reflexión sobre las relaciones artes/sociedad. Cada edición se eligen temáticas específicas sobre las cuales disertamos y ampliamos conocimiento de la mano de expertos, teóricos, artistas e investigadores.

El balance de esta IV edición no ha podido ser mejor. La red creada a partir de la primera edición se amplía y fortalece. Los datos hablan por sí solos: más de 70 personas inscritas (para un aforo más limitado), 8 ponentes nacionales e internacionales, una nota de 4.88 sobre 5 en la evaluación general del encuentro, o la  entrega de 120 ejemplares de los libros/memoria de las ediciones anteriores. Un altísimo impacto en redes sociales, tanto en los días previos como durante la celebración del mismo, en el que se estuvo publicando minuto a minuto lo que iba ocurriendo.

P: Háblanos de tu experiencia en el mundo de la cultura

R: Yo nací y crecí en Cuba, en La Habana. Soy graduada por la Escuela Cubana de Ballet “Alejo Carpentier”, licenciada en Artes Escénicas por la Universidad de las Artes y ostento la categoría docente de Profesora Instructora Adjunta, por esta universidad (1995). El desarrollo de mi labor docente se amplió al llegar a Sevilla  asumiendo el diseño, gestión, coordinación técnica, docencia y dirección artística del Proyecto Multidisciplinar Aula de Teatro de la Universidad Pablo de Olavide (1999-2008) y ejerciendo como docente, para cursos de Máster y Especialista Universitario, del Centro de Estudios de Postgrado de la UPO (2008-2011). Así mismo, acredito una amplia y diversa formación en el ámbito de la gestión y la producción cultural, cuya experiencia se amplía a más de 25 años de trabajo.

P: ¿Observas muchas diferencias entre España y Cuba respecto a la cultura?

R: En tan poco espacio de tiempo no podría responder exactamente a esa pregunta. Sin embargo, sí conservo algo de aquel cuestionamiento que me hice nada más llegar: ¿dónde está colocado el valor que la sociedad otorga a los creadores, a los intelectuales, a los artistas?, ¿qué función social cumplimos en una sociedad como esta?, ¿qué debemos ofrecer y aportar? La vida cultural de Sevilla ha cambiado mucho en estos 18 años, para bien sin duda, aunque la precariedad del sector, la escasa valorización del tejido profesional de la cultura y sobre todo la forma en la que está diseñada la enseñanza artística, siguen siendo tareas pendientes. Esta sociedad,  donde el valor económico de las cosas conforma, casi, su valor total, tiene el deber de entender que la “producción de sentido” que es nuestro cometido a fin de cuentas, es sin duda un “producto” imprescindible para el desarrollo global de nuestro país.

27 de junio – 19:30 h