Entrevista

«¿Quién inventó el plato? ¿Por qué tiene el plato ese tamaño?»

Con motivo del Día Mundial contra la Obesidad, entrevistamos al investigador de la Universidad Pablo de Olavide Francisco José Berral, líder de un proyecto para la detección y la prevención de la obesidad en los escolares del municipio cordobés de Puente Genil

 Francisco José Berral
Francisco José Berral

“Transferimos a la población los conocimientos adquiridos durante todos estos años en el ámbito de la prevención y tratamiento de la obesidad. Es lo que debemos hacer como profesores y como investigadores”, explica el catedrático de la Universidad Pablo de Olavide Francisco José Berral al hablar del proyecto que lidera en el municipio cordobés de Puente Genil, impulsado por la Universidad Pablo de Olavide y por el Ayuntamiento de esta localidad. El profesor e investigador del Área de la Educación Física y Deportiva de la UPO trabaja de manera directa con los escolares de su municipio para detectar y prevenir la obesidad. “Un niño obeso va a ser siempre un adulto obeso”, subraya el catedrático que ha atendido a unos mil menores en el marco del programa en los últimos dos años.

¿En qué consiste este proyecto?

Es un trabajo de transferencia de conocimientos a la sociedad sobre prevención de la obesidad que hemos hecho a través de la OTRI (Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación) de la Universidad Pablo de Olavide. Es un proyecto también en colaboración con el Excmo. Ayuntamiento de Puente Genil. Llevamos casi dos años y realizamos reconocimientos médicos y control de sobrepeso a los escolares que están participando en algunas de las actividades deportivas: en el club de balonmano, hockey, baloncesto, natación, fútbol…

¿De qué manera se contacta con los menores?

El Ayuntamiento de Puente Genil, a través del Servicio de Deportes, cita a los niños y niñas que participan en actividades deportivas y vienen a consultas que tienen lugar los viernes por la tarde y los sábados. A estos menores, que van acompañados siempre de un responsable, se les hace una historia clínica y un reconocimiento médico de corazón y pulmón. Además, realizan una prueba de esfuerzo (test de escalón) y se les controla el peso corporal. Si el niño está obeso, inmediatamente, en la propia consulta, se llama al padre y/o a la madre y se les dan las indicaciones que deben seguir para atajar el problema.

¿Cuál suele ser la respuesta de los padres y madres?

Muy positiva. Cuando los llamo les digo: ‘Su hijo tiene mucha grasa rodeando el corazón, la cual le impide una respuesta positiva al ejercicio y un mayor sobresfuerzo de este órgano; su hijo tiene 12 años y esto no puede seguir así. Usted verá lo que hace’. Le doy una serie de indicaciones y lo vuelvo a citar a los dos o tres meses, dependiendo del proceso. Si el niño no ha seguido las pautas en un par de citas, ya no lo veo más y les digo a los padres que será el pediatra quien se encargue a partir de ese momento. Este pediatra, bajo su responsabilidad, será quien firme la ficha federativa. Es una forma de presionarles para que tomen conciencia del problema.

Y da resultado…

Para trabajar la obesidad son preferibles las charlas personalizadas, porque en las conferencias nadie se siente aludido. Con la metodología que seguimos los resultados son muy buenos. Tanto niños como padres escuchan y se toman en serio las indicaciones. Hay una gran concienciación.

En este trabajo oriento mis esfuerzos para que el niño se encuentre mejor, controle el peso, tenga menos grasa rodeándole el corazón… Un niño obeso va a ser siempre un adulto obeso. Es necesario trabajar la prevención. Ésta es una de las principales misiones que tenemos dentro del proyecto.

¿Qué orientaciones son las habituales cuando detectan casos de obesidad?

Les indicamos una disminución del porcentaje de calorías, porque el niño no puede pasar hambre, tiene que comer de todo. Recomendamos a los padres que pongan un tercio menos de comida en el plato de la cantidad que normalmente ponen. Porque ¿quién inventó el plato? ¿Por qué tiene el plato ese tamaño? ¿Es lo que necesita el niño comer? ¿El plato entero? Pues no y todos los excedentes calóricos se acumulan en forma de grasa. Retiramos de la dieta alimentos con alto poder calórico, intentamos restringir totalmente las bebidas carbonatadas y bebidas azucaradas. Las chucherías procuramos que sean las mínimas y les insistimos en que paseen con la familia diariamente. La madre o el padre deben caminar al menos cuatro días en semana con el crío, además de la propia actividad competitiva que el niño ya realiza.

Hace mención al tamaño del plato en la actualidad, ¿en qué momento de la historia comienzan a aumentar los casos de obesidad infantil?

Bueno, es difícil contestar a esta pregunta ya que la obesidad ha estado presente desde tiempos prehistóricos como lo demuestra la conocida Venus de Willendrof expuesta en el museo de Historia natural de Viena y que data de hace 25.000 años. A lo largo de la historia ha habido épocas en las que el aumento de grasa en cierta medida era una señal divina de salud y longevidad. Se ha constatado mediante autopsias realizadas a momias egipcias que el acumulo de colesterol en las arterias del corazón y la presencia de infarto de miocardio, estaban presentes en los sujetos ricos.  Ya en el siglo XVIII existe una enorme preocupación por la obesidad y sus consecuencias, de hecho, se tiene constancia de la publicación de más de una treintena de tesis doctorales que tratan sobre la obesidad.

Pero es en el último tercio del siglo XX cuando se dispara la obesidad infantil, con las nuevas tendencias y el cambio de mentalidad y, como no, con el enorme desarrollo de la sociedad industrial.

¿Cuál considera que es el principal obstáculo para luchar contra la obesidad infantil hoy?

La facilidad con la que los niños acceden a productos de alto poder energético, la poca actividad física que se realiza y la cantidad de comida basura de bajo costo.

¿Por qué son necesarios este tipo de proyectos en la sociedad actual?

Porque desde mi punto de vista es la única manera de mejorar la salud de la población, concienciando a los padres del problema del exceso de peso de sus hijos, y de las limitaciones futuras de ese niño.

Además de la detección y prevención de la obesidad, ¿qué otros beneficios puede aportar el proyecto que usted lidera?

A los niños y niñas, a través de este reconocimiento, se les firma la ficha federativa, con lo que ya tienen pasado su reconocimiento médico ante la federación. De esta forma, el menor no tiene que ir al médico de cabecera para esta cuestión. Por otro lado, con las pruebas que realizamos también se han detectado en algunos casos arritmias o soplos y se han derivado al médico de cabecera para hacer un electrocardiograma o la prueba pertinente. El médico, a su vez, si ha sido necesario, lo ha derivado al especialista que podrá tratar a tiempo el problema. Si el niño precisa una prueba de esfuerzo cardiológica, tras los resultados e informe del especialista, desde nuestra propia consulta los derivamos al Centro Andaluza de Medicina del Deporte (CAMD), órgano dependiente de la Junta de Andalucía.