Entrevista

“La Cátedra Fundación Antonio Guerrero tiene como objetivo la plena inclusión de menores y jóvenes con diversidad funcional”

Entrevista a la profesora del Departamento de Derecho público María José Parejo Guzmán, directora de la Cátedra ‘Fundación Antonio Guerrero de atención a la diversidad funcional de menores y jóvenes’

La profesora del Departamento de Derecho público María José Parejo Guzmán.

Enraizada en los valores de sensibilidad, comprensión, solidaridad y entusiasmo, en marzo de 2022 nace la Cátedra ‘Fundación Antonio Guerrero de atención a la diversidad funcional de menores y jóvenes’, a través del fomento de un sistema integrado de actividades de investigación, formación, información y divulgación en materia de integración y diversidad funcional de este colectivo.

Con el convencimiento de que la Universidad debe desprenderse de su pasado elitista y que no puede quedar al margen en la sociedad del siglo XXI, María José Parejo Guzmán dirige esta Cátedra fruto de la alianza entre la Universidad Pablo de Olavide y la Fundación AK Antonio Guerrero.

¿Cómo surge la idea de crear esta Cátedra?

Cuando el rector me nombra directora académica de Integración y Diversidad Funcional, me propongo como objetivo prioritario trabajar para ayudar en todo lo que estuviese en mi mano en lograr la inclusión más equitativa, justa e igualitaria posible de todas las personas con diversidad funcional en nuestra Universidad y, en lo que me fuese posible, en todo el espectro social de su entorno.

Así, entro en contacto con la Fundación AK Antonio Guerrero y promuevo la firma de un convenio de colaboración entre la UPO y la misma. Empiezo a conocer que esta maravillosa entidad trabaja mucho y muy bien con niños, niñas y adolescentes que tienen diversidad funcional y pocos recursos económicos: una triste mezcla explosiva. Y ahí empieza a surgir esta idea de la necesidad de crear una cátedra dedicada a la plena inclusión de menores y jóvenes con diversidad funcional. La idea surge pues para, desde la Universidad, ir trabajando ambas entidades juntas y de la mano en políticas de empleo, de accesibilidad cognitiva, de autonomía… En definitiva, de equilibrio social, tratando de dar a ese colectivo -necesitado de muchas cosas-, lo que a otros les sobra.

Ya solo faltaba crear alianzas para comenzar el largo, pero apasionante, camino de aportar todo lo que podamos para construir una sociedad equitativa, y eso es lo que estamos intentando materializar con esta Cátedra.

¿Qué principales valores destacaría de la Cátedra que dirige?

El primero la sensibilidad. Igual que somos sensibles para percibir un soplo de brisa fresca o el calor de un día de verano y que somos sensibles a situaciones de odio, guerras, o simples situaciones de conflicto cercanas a nosotros, entendemos que hay que hacer conscientes y sensibles a los que nos rodean de las nuevas e importantes necesidades que tiene el colectivo de personas con diversidad funcional. La Cátedra es fundamentalmente sensible a todo ello y tratará de sensibilizar a la sociedad.

De otra parte, la comprensión y la solidaridad, entendida como intención de aglutinar a todas las entidades, asociaciones y fundaciones que quieran trabajar con nosotros y colaborar en los objetivos de la Cátedra unificando esfuerzos. Solo entendiendo y comprendiendo los problemas de niños, niñas y jóvenes con diversidad funcional podremos ayudarles. Si para ayudarles somos más pues mejor. Además, entendemos que ante los problemas hay que ‘preocuparse’, pero también ‘ocuparse’, siendo solidarios en el esfuerzo y la atención, es decir, poniendo toda nuestra comprensión y cariño.

Y quizás por último también, la pasión. Pasión entendida como entusiasmo. Intentaremos poner pasión e ilusión en todas las actuaciones que desarrollemos en el marco de la Cátedra, porque entendemos que es el combustible para contribuir a lograr esa transformación social de que venimos hablando y que es el verdadero objetivo de nuestra Cátedra.

¿Con qué objetivo nace?

Aquí sí podría decirte que con uno y único, muy sencillo: hacer iguales a aquellos que son ‘más diferentes’. Partiendo de la base de que, en nuestra opinión, todos somos diferentes, entendemos que hay algunas personas que son ‘más diferentes’ por diversos motivos y uno de ellos, por desgracia, es el de la discapacidad o la diversidad funcional. En tanto en cuanto seamos capaces de alcanzar el equilibrio social al que antes hemos hecho referencia, iremos alcanzando un mayor grado de ese objetivo. Nada fácil ni a corto plazo, somos conscientes. Pero hay que ir caminando hacia ese objetivo.

¿Qué significa contar con Fundación AK Antonio Guerrero para la creación y desarrollo de esta Cátedra?

Pues sin lugar a dudas, ‘el complemento más perfecto posible’. La Fundación tiene entre sus fines los mismos que tengo como directora académica. Tiene además grandes investigadores y profesionales de la medicina, la antropología y el derecho de enorme prestigio en su Comité Científico, con el valor añadido de que están en permanente contacto con menores y jóvenes con diversidad funcional de todo el espectro social y, lo que es más importante, con sus familias detrás. De otra parte, el flujo de información tan nutrida que tienen y la transferencia del conocimiento tan importante de que gozan, es el alimento de la cátedra. Además de todo esto, la ilusión que comparten conmigo, los retos que se marcan y el continuo crecimiento que realizan, tanto en el ámbito geográfico, como en detectar y llenar nichos de nuevas necesidades, les hacen una gran Fundación con la que estoy absolutamente satisfecha de poder trabajar.

Por último, aunque no menos importante, también diría que el hecho de que esta Fundación trabaje con personas con trastornos en su desarrollo, así como en colectivos especialmente vulnerables o en riesgo de exclusión social, es de una enorme importancia para el desarrollo de esta Cátedra, ya que abarca el amplio abanico tanto de diversidad funcional como de diversidad social.

¿Qué planes futuros tenéis en mente?

Son muchos y variados. Por una parte, actividades formativas y de divulgación, que, entre otras cosas, ayuden a poner la tecnología al servicio de estos colectivos para abrir vías de comunicación con ellos con sistemas alternativos y aumentativos como, por ejemplo, tablets capaces de decir lo que queremos y también ayuden al uso de importantes salas de psicomotricidad (como las que tiene la Fundación AK Antonio Guerrero en su CAIT del Polígono Sur de nuestra ciudad y en su CAIT de Pizarra, Málaga) para la bipedestación y para todo tipo de estímulos motóricos y de estimulación sensorial para evitar fobias, al ruido, a la calle, a destellos de luces. Todo esto podremos hacerlo posible contando con grandes e importantes profesionales que sean capaces de poner un poco de orden en la estructura de la mente -que no del cerebro- de esos menores y jóvenes.

Por otra parte, el fomento de la investigación, pues entendemos que, sin duda, en ella están las bases para la mejora de la calidad de vida de estos colectivos. En este ámbito, ya estamos trabajando en la organización de un gran congreso de Parálisis Cerebral, que podrá llegar por streaming a todo el planeta.

Tenemos la agenda bastante repleta de ideas y actividades que estamos ya organizando y cerrando en programas de transición a la vida adulta y laboral; de lactancia, tan importante en el desarrollo afectivo de los bebés, porque, o comenzamos desde la cuna o no serán estudiantes nuestros; de lograr la igualdad entre la mujer y el hombre desde el mismo momento de su nacimiento y un largo etcétera.

En definitiva, muchas actividades planeadas con las que intentaremos dar al máximo y realizar la labor de transferencia de conocimientos que entendemos es imprescindible en la labor universitaria que desarrollamos.

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