Para ello, es necesario adquirir un amplio compromiso con la igualdad en todas las políticas universitarias, lo que implica la inclusión de directivas vinculantes en este sentido en el marco regulatorio de la universidad.
Es necesario estructurar y coordinar la incorporación del enfoque de género y feminista en la institución universitaria de una forma conjunta y transversal, lo que, sin duda, redundará en una mejora de la calidad docente, investigadora y en el compromiso social y ético.
Para ello, se propone trabajar en tres grandes ejes: docencia; investigación, innovación y transferencia de conocimiento y acción social.