Sin embargo, la calidad del trabajo que lleva a cabo el PAS contrasta poderosamente con un dato: la UPO tiene una tasa de PAS muy por debajo de la media de Andalucía, estimándose que harían falta al menos un centenar de nuevas plazas para igualarnos con el resto de universidades de nuestro entorno. Por esta razón, nos comprometemos a reivindicar ante la Junta de Andalucía que esta circunstancia se tenga en cuenta a la hora de decidir el nuevo modelo de financiación de las universidades públicas, así como a exigir un fortalecimiento en la financiación del Capítulo I destinado al PAS.
Por otro lado, a medida que la crisis sanitaria y económica vaya remitiendo, será imprescindible abordar una mejora en las condiciones laborales del PAS. En este sentido, queremos implementar de manera progresiva el salario emocional, con el fin de conseguir un mayor bienestar y calidad de vida, profundizar en la implantación del teletrabajo, reconocer la reducción de jornada para el PAS sénior y, entre otras medidas, seguir avanzando en acciones concretas que permitan la conciliación de la vida familiar, personal y laboral.
En el ámbito de las políticas de personal, se apostará por la puesta en marcha progresiva de la promoción horizontal, conforme a los principios de igualdad, mérito y capacidad, así como por el establecimiento de un plan de carrera profesional y la mejora de la oferta de cursos de formación.
Finalmente, consideramos imprescindible que el PAS, a través de sus representantes, así como de los distintos responsables de unidades y áreas, tenga una interlocución directa e inmediata con el rector y su equipo de dirección. Por todo ello, pondremos en marcha, por primera vez, un órgano que se reunirá de forma periódica con el PAS para analizar, debatir y deliberar en torno a las cuestiones que afecten a la administración y servicios de la UPO.