Formación Permanente

UNIVERSIDAD PABLO DE OLAVIDE

Psicóloga apuesta por crear el «lugar calmo» en los colegios como «herramienta de autorregulación emocional»

La psicóloga sanitaria Sara Gómez Mateos ha definido el «lugar calmo» como una «herramienta de autorregulación» de las emociones que consiste en una «asociación entre una imagen, una emoción y una palabra», y ha defendido la importancia de enseñar a utilizarla en los colegios desde los niveles más bajos de aprendizaje, ya que «el enseñar a los niños  y las niñas a cómo gestionar sus emociones es una de las mejores cosas que podemos inculcarles».

 Así lo ha manifestado en una entrevista concedida a Europa Press con motivo de su participación en el curso de verano ‘Trastornos de conducta en el aula. Propuesta de intervención desde enfoques psicológicos y educativos de tercera generación’, dirigido por la psicóloga, antropóloga y docente Alma Serra González, que comenzó el pasado lunes en la sede de la Universidad Pablo de Olavide en Carmona.

Ha explicado que, lo primero que hay que tener en cuenta a la hora de abordar problemas de conducta, es «entender que, detrás de esa conducta, siempre hay algo más» ya que «un niño o una niña no empieza a tener problemas de conducta sin ningún motivo». Ha señalado que eso es solo «la punta del icerberg», pero que debajo pueden existir muchas causas, como «problemas de neurodesarrollo, duelos no resueltos, problemas familiares e incluso problemas de visión o alimentación», que también se tienen que tener en cuenta al tratar los problemas de conducta.

Ha englobado a los «traumas» dentro de estos aspectos que no se ven a simple vista, y ha detallado que existen dos tipos diferentes: Los «Traumas –con ‘t’ mayúscula–» que son aquellos que surgen de «situaciones en las que la vida ha corrido peligro, como un accidente de tráfico o un abuso sexual»; y los «traumas –con ‘t’ minúscula–» que son los «creados en las dinámicas relacionales» que se van generando «a lo largo del desarrollo», como el «no sentirse visto o querido». Ha añadido que uno de los mayores problemas genéricos con lo que se encuentran son los «traumas de apego», en los que los niños «presentan problemas para vincularse desde un apego seguro», aunque también se dan otros, como los «traumas de abandono».

Es importante, además, trabajar desde una «visión sistémica» los problemas que presente un niño, porque «aunque esta dificultad esté representada en el niño o niña, ocurre a nivel sistémico», es decir, no solo se trabaja con el menor, sino también «con los padres». En su experiencia se ha encontrado situaciones en las que «los padres identifican que el niño o la niña tiene un problema, pero no siempre entienden que muchos de esos problemas quizás tengan que ver con ellos también». «A esto se le conoce como ‘paciente identificado’, donde el problema es reflejado en el niño o niña, pero en realidad es una disfunción a nivel familiar», ha apuntado.

Para terminar, la psicóloga ha resaltado que cada vez más «se está poniendo el foco en la salud mental» en los colegios, aunque ha matizado que «todavía faltan muchos recursos» a pesar de la «buena voluntad» de los docentes en este ámbito. Algunas de sus propuestas para mejorar la salud mental de los alumnos han sido implementar el «lugar calmo» ya mencionado o «apostar más por escuelas sensibles al trauma». «Hay que cambiar y ampliar la mirada, ver más allá para tratar los problemas de conducta y, así, centrarnos más en la salud mental de los niños y las niñas», ha concluido.