“La salud femenina ha sido la gran olvidada hasta que se han puesto en valor sus necesidades específicas”

Griselda Herrero

Como ha ocurrido en otros ámbitos a lo largo de la historia, la mujer ha sido maltratada también en el ámbito sociosanitario y “la salud femenina ha sido la gran olvidada hasta que se han puesto en valor sus necesidades específicas”. Así lo ha asegurado la profesora Griselda Herrero, quien ha añadido que la medicina, la investigación y la ciencia en general “se han focalizado escasamente en el sexo femenino” y ha puesto poca atención en problemáticas concretas que afectan a la mujer, “como el síndrome premenstrual, por ejemplo”.

Griselda Herrero, profesora del Área de Nutrición y Bromatología de la Universidad Pablo de Olavide, dirige el curso ‘Salud femenina: nutrición, psicología y ejercicio’, que se imparte en Carmona entre hoy y mañana dentro de la programación de los cursos de verano de la UPO y que realizará un recorrido por las situaciones más habituales de la salud femenina con el objetivo de ofrecer al alumnado un abordaje integral sobre cómo mejorar la salud de la mujer en todo su contexto.

Para Herrero, la mujer “ha sido y sigue siendo una diana del estereotipo de belleza en todo el mundo”, ya que los cánones de belleza siempre se han centrado en las mujeres, vinculando estos cuerpos normativos “al éxito, a la aceptación y a lo esperable”, lo que ha generado una “gran presión social y personal” vinculada al género que muchas veces ha derivado en “exigencias, frustraciones y patrones alimentarios poco saludables”.

Según ha explicado la nutricionista y directora de Norte Salud Psiconutrición, las necesidades nutricionales van cambiando durante las diferentes etapas vitales por las que atraviesa la mujer (adolescencia, edad reproductiva, menopausia, edades avanzadas), por lo que “debemos saber cómo ajustarnos a ellas para fomentar un envejecimiento saludable con calidad de vida”.

Griselda Herrero ha destacado que la nutrición desempeña un “papel crucial” en el “equilibrio hormonal de las mujeres”, mientras que la práctica regular de ejercicio físico ofrece numerosos beneficios para su salud, “ayudando a reducir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer y osteoporosis, uno de los mayores riesgos de la menopausia”.

Asimismo, ha advertido de que los problemas emocionales pueden tener un impacto significativo en la salud física de las mujeres, “ya que el estrés y la ansiedad pueden generar alteraciones digestivas, debilitar el sistema inmune, alterar el ciclo menstrual, aumentar la percepción del dolor o dar lugar a trastornos del sueño”. Así, ha subrayado que los principales problemas psicológicos que afectan a las mujeres incluyen “la depresión, la ansiedad, los trastornos de la alimentación, el trastorno de estrés postraumático y los trastornos relacionados con el estrés”.

En este sentido, la directora del curso ha aseverado que cuidar la salud mental es fundamental para el bienestar general, citando estrategias efectivas que pueden ayudar a mantener y mejorar la salud mental de las mujeres como “las rutinas de autocuidado, la alimentación saludable, respetuosa y flexible, la gestión del estrés y las conexiones sociales”, entre otras.

Más noticias...