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“Saliendo el viajero de La Mancha por la venta de Cárdenas, se interna en las montañas de Despeñaperros, en cuya garganta peligrosa abrió el rey Carlos III un soberbio camino que pasa por Santa Elena, primera de las nuevas poblaciones que se fundaron con este motivo, la cual goza de una situación agradable: tiene una casa de postas, y una iglesia parroquial donde hay una buena pintura de la batalla de las Navas de Tolosa, por Blas de Prado”.
Alexandro Laborde, 1809
Nombrado superintendente de las Nuevas Poblaciones a Pablo de Olavide, en una conferencia en la villa de Bailén el 20 de agosto se designó el convento carmelita de La Peñuela, la ermita de Santa Elena y la venta de Guarromán como los primeros lugares a poblar. La eficacia de Thürriegel en la publicitación de la colonización en Europa logró que a principios de septiembre llegaran los primeros colonos a Sierra Morena, realizando Miguel de Jijón, subdelegado de las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena, el primer repartimiento el 11 de octubre de 1767. Se repartieron 50 suertes a otras tantas familias en los siguientes lugares: 8 para La Peñuela, 8 para la venta de Linares, 8 para el sitio de Los Pinos, 13 para Santa Elena y 13 para Guarromán. Aunque en un principio los colonos eran todos extranjeros, posteriormente fueron llegando colonos españoles.
La feligresía de Santa Elena quedó conformada con parte de los términos de las villas de Vilches, Baños (Jaén) y El Viso (La Mancha). Al lado de la olvidada venta de los Palacios se situaba la ermita de Santa Elena o de la Vera Cruz —templo dedicado a la victoria de Alfonso VIII en la Batalla de Las Navas de Tolosa—, ambos edificios sirvieron de punto de partida a la población y orientaron sus calles, si bien la existencia previa de estas construcciones determino que su retícula no coincida con las líneas de suertes de la feligresía. Santa Elena se situó en el antiguo camino del Muradal, en un ramal que se dirigía hacía Vilches, apartada del camino real del Puerto del Rey, donde se fundaron dos nuevos puntos de población, Miranda del Rey y Magaña en 1768, ambas tomando como referencia antiguas ventas. Finalmente la construcción del nuevo tramo del puerto de Despeñaperros en el mismo paso del Muradal entre 1779 y 1783 determinó el progresivo despoblamiento de ambas aldeas en beneficio de Santa Elena, por la que pasaba el nuevo camino real de Lemaur. Otra de las hospederías prexistentes que se utilizaron fue la venta Nueva de Vilches, que sirvió de origen a la aldea de Venta Nueva.
El teniente Francisco Longoria fue el primer Subdelegado de Santa Elena —comandante civil— y Benito San Martín fue el encargado de los cobros y de gastos mientras que se construía esta nueva feligresía con tres departamentos, si bien posteriormente se ampliaría a cuatro. Para dirigir la fundación del lugar de Magaña se le encargó al sargento José Hinojos. En 1768, el subdelegado de Sierra Morena Miguel de Jijón comunicaba a Miguel de Múzquiz el cambio de nombre de la feligresía por «Aranda del Presidente» en honor al conde de Aranda, pero la iniciativa solo prosperó durante algunos meses, volviendo a recobrar su nombre primitivo heredado de la antigua ermita.
Durante la primera época la ampliación del proyecto fue continua, y el buen ritmo de las roturaciones propició que el superintendente Olavide decidiera dividir la feligresía de Santa Elena, que era la más extensa de las creadas, en dos feligresías independientes. Para ello informó, el 30 de octubre de 1769, al comandante civil Francisco Longoria que debido a que existía en la Venta de Miranda una capilla veía indicado crear otra feligresía con parte del término de Santa Elena bajo la dirección interina del comandante civil José Rubio. La colonia quedó finalmente constituida con la adhesión de la aldea de Magaña. Situación que permaneció hasta 1782, en la que dicha feligresía volvió a reducirse a aldea, quedando otra vez, junto con Magaña, dentro de Santa Elena. Los motivos principales fueron la construcción del nuevo camino real o la creciente despoblación. En esta línea, resaltamos el traslado de alrededor de 70 colonos saboyanos que llegaron a Magaña en mayo de 1768 solo unos meses después, en noviembre, a Fuente Palmera.
A finales del siglo XVIII la feligresía quedaba conformada por Santa Elena y cinco aldeas: Miranda del Rey, Magaña, Venta Nueva, El Portazgo y Las Correderas. El núcleo de Las Correderas se conformó por tres grupos de casas: El Collado de los Jardines, Mojón Blanco y Las Correderas.
Santa Elena y su feligresía fueron desarrollándose y creciendo hasta que a principios del siglo XIX la Guerra de Independencia asoló la colonia tanto en su vertiente económica como poblacional. Su estratégica situación, con el paso de tropas napoleónicas como españolas, y siendo el punto fundamental para el control de Despeñaperros, consiguieron diezmar la colonia que perdió algunos de sus puntos de población al ser convertidos en baterías militares como el Collado de los Jardines o Mojón Blanco. Bajo el monarca José I Bonaparte formó entre 1810 y 1811 una municipalidad dentro de la Subprefectura de La Carolina —Prefectura de Jaén— hasta la salida de los franceses. Las Cortes de Cádiz volvieron a suprimir el Fuero, y aunque Santa Elena intentó formar ayuntamiento dentro de la provincia de Jaén anexionándose a Aldeaquemada, finalmente, con la vuelta de Fernando VII se volvió a instaurar el Fuero y su Intendencia, nombrándose nuevo intendente a Pedro Polo de Alcocer. Se potenció la economía de las poblaciones basándose en los plantíos, si bien entre 1820 y 1823, con el Trienio Liberal se volvió a instaurar la Constitución de Cádiz, formando un ayuntamiento constitucional dentro de la provincia de Jaén. Con el retorno de Fernando VII en 1823 se volvió a nombrar intendente a Polo de Alcocer, continuando con la potenciación del olivar y la vid.
El cinco de marzo de 1835 Isabel II, bajo la regencia de María Cristina de Borbón, decretó la supresión de la Intendencia de Nuevas Poblaciones, lo que supuso la creación definitiva del ayuntamiento de Santa Elena, y su adscripción a la nueva provincia de Jaén. Sin la protección del Fuero, el sistema económico del municipio se vio afectado, disminuyendo el número de propietarios, si bien el número de habitantes fue creciendo, pues de los 524 de 1848, pasó a los 1.051 de 1860, teniendo su punto máximo en 1920 con 3.324, en clara relación con el auge minero de la comarca de Sierra Morena. Durante la segunda mitad del siglo XX entro en declive poblacional afianzándose en torno a los 1.000 habitantes. Entre las actividades económicas resaltamos el turismo, ya que Santa Elena tiene dentro de su término el Parque Natural de Despeñaperros o la hostelería asociada a la carretera. Destaca la ganadería, el olivar, la caza y actividades tradicionales asociadas al monte como el cultivo de miel, el corcho, la artesanía de madera o la taxidermia.
Destacamos la inscripción como Bien de Interés Cultural de varios abrigos y cuevas de Arte Rupestre, el Castillo de Castro Ferral o el Monumento Natural de Los Órganos (1985). También resalta la mina de San Gabriel (2008) o el Toro de Osborne (2011). El centro histórico fue incoado como conjunto histórico en 1983, lugar donde se ubica la estatua de Carlos III de Fco Javier Galán (2005).
Iglesia Parroquial Emperatriz Santa Elena
Se construyó parte de ella sobre la primera iglesia en 1793 (algunos arcos de medio punto de ladrillo y un escudo real nos recuerdan a esta primitiva parroquia). La estructura es una única nave de «cajón» cubierta por una falsa bóveda de medio cañón y lunetos. El baptisterio, en la actualidad capilla, ocupa parte de lo que era la cabecera de la primera iglesia. El coro esta elevado y en los pies. El presbiterio queda precedido por un gran arco toral. La fachada, con pilastras toscanas y frontispicio triangular, queda rematada por una espadaña. La imaginería es posterior a la Guerra Civil. Se conserva un lienzo de Santa Catalina de Alejandría del siglo XVII y una Inmaculada Concepción de finales del XVIII. En su archivo encontramos los libros de Bautismo, Matrimonio y Defunción de la feligresía de Santa Elena y los de Miranda del Rey.
Real Pósito de Labradores y de Diezmos
En 1774, Ondeano ordenó la constitución de los pósitos en Sierra Morena, construyéndose uno en Santa Elena, que serviría también para Miranda del Rey. El pósito fue reedificado como indica su placa fundacional: «[REAL] POSITO/[DIEZMOS] [Y] [D]E LABRADORES/AÑO DE 1794». La fachada es simétrica. Tiene dos plantas y dos alas, utilizadas para granero de labradores y de Diezmos. Interiormente, las salas se dividen por arcos de medio punto. En la actualidad, es hogar del jubilado y Centro Guadalinfo.
Base de una cruz e inscripción sobre la antigua ermita
En la base podemos leer una inscripción grabada en el siglo XIX: «Aquí estuvo la antigua ermita de Santa Elena que el rey D. Alfonso VIII mandó edificar en memoria d[e] la milagrosa batalla d[e] las Navas de Tolosa en el año de 1212 qual por amenazar ruina se mandó demoler en el de 1793 reinando Carlos IIII que mandó edifica[r] otra nueva con el mismo título que sirviese para parroquia a esta población». En 1908, Hermenegildo Moraleda escribió que la cruz fue casi destruida en 1876 para construir una casa.
Ayuntamiento (Casa del comandante civil)
Fue la residencia del gobernador de la feligresía, nombrado desde la Intendencia de Nuevas Poblaciones. En 1835, con la abolición del Fuero de Población, pasó a ser la sede del ayuntamiento de Santa Elena, colocando un reloj en su tejado. En 1992 se reformó, respetando las dos crujías principales, el tejado y la disposición de vanos.
Casa del párroco
Es una excepción dentro de esta clase de casas, ya que en origen poseía una sola planta. A finales del siglo XX se le añadió la segunda planta. Adosada a la parroquia parece ser que su construcción se realizó sobre los restos de las casas reales de Los Palacios.
Casas de colonos
Aprovechan los materiales de la zona como piedras, fundamentalmente pizarras, cal, ladrillos y tierra. La fachada se encalaba. De una o dos plantas, estas últimas suelen tener la puerta flanqueada por dos ventanas. En el piso superior, o cámara, dos vanos.
Real Posada
Se construyó sobre las ruinas de la venta de Los Palacios. Fue uno de los bienes que se arrendaban por la Intendencia. Con el fin del Fuero se desamortizó. Quedan algunos restos en las viviendas actuales, como pesebres o arcos de medio punto.
Pilar-abrevadero
Realizado en piedra de asperón, formado por una gran pileta y la cabecera, que se corona con un frontón triangular. Se sitúa en las afueras de la población. En el siglo XX se le añadió un lavadero de ropa que fue techado con posterioridad.
Aldea de Miranda del Rey
Su calle principal quedó integrada en el Camino Real del Puerto del Rey. Todavía quedan vestigios coloniales como casas, norias, linderos, etc. En su término se ubica una fábrica de paños mandada construir por Olavide donde se colocó un batán doble.
Aldea de Magaña
Fundada junto al camino del Puerto del Rey, en la dehesa de Magaña. Actualmente es una cortijada.
Aldea de Venta Nueva
También conocida como aldea de la Venta de Vilches. En la actualidad, solo queda el edificio de la venta y algunas casas de colonos.
Aldea de El Portazgo
Con el nuevo tramo del Camino Real se trasladó el portazgo desde Navas de Tolosa. Junto a él, varias viviendas que fueron renovadas en 1789 y la construcción de una casa de postas. A finales del siglo XIX la aldea se fue integrando con Santa Elena.
La Aliseda
Rodrigo Pedro de Orozco y San Vítores, marqués de la Rambla, conservó su posesión de La Aliseda. José Salmerón y Amat adquirió La Aliseda a los herederos del marqués y construyó a partir de 1883 las instalaciones del balneario y el hotel. Con su fallecimiento el hotel-balneario fue decayendo hasta su desaparición. En la actualidad es un área recreativa propiedad del ayuntamiento de Santa Elena.
Dehesa del Collado de los Jardines
La Dehesa Boyal del Collado de los Jardines fue utilizada para el aprovechamiento común de los vecinos según estipulaba el Fuero. En 1835 quedó como un bien de propios. Se utiliza para la caza y el turismo, situándose dentro del Parque Natural de Despeñaperros.
Antiguo paso de Despeñaperros de Carlos Lemaur
Entre 1779 y 1783, se realizó el nuevo tramo de Despeñaperros. Basándose en el trazado que delimitó Joaquín de Iturbide, el ingeniero francés Lemaur diseño este nuevo paso. Todavía es posible observar restos de la antigua carretera del siglo XVIII.
Cara de Dios
Monolito para delimitar el término del Arzobispado de Toledo del Obispado de Jaén, siendo coetáneo al nuevo paso de Despeñaperros. En el lado del Obispado de Jaén posee un relieve de la Santa Faz: «Verdadero retrato de la Santa Cara de Dios de Jaén siendo el Excelentísimo Señor Don Agustín Rubín de Ceballos su obispo [ilegible]»; y en el Arzobispado de Toledo la Virgen del Sagrario: «Nuestra Señora del Sagrario de Toledo siendo el Excelentísimo Señor Don Francisco Antonio Lorenzana su Arzobispo Prelado».
Parque Natural de Despeñaperros
Fue declarado parque natural el 28 de julio de 1989 dentro del municipio de Santa Elena. Además de su riqueza vegetal y faunística, destacan Los Órganos, el castillo de Castro Ferral, la Cueva de los Muñecos, la calzada del empedraillo o los restos de arte rupestre.
Centros de Interpretación
Existen dos centros de interpretación en el municipio. Uno dedicado a la Batalla de las Navas de Tolosa y otro al Parque Natural de Despeñaperros llamando Centro de Visitantes “Llano de las Américas”. Ambos en la carretera de Miranda del Rey.
San Antón
Se realizan hogueras la noche del 16 al 17 de enero donde se consumen alimentos típicos como tortas de pastor y patatas. Se bendicen los animales.
La Candelaria
Se vuelven a realizar hogueras y los vecinos consumen alimentos típicos. Tiene gran importancia en Miranda del Rey.
Día de Andalucía
Se otorga el escudo de Santa Elena para reconocer a personas e instituciones del municipio. Se realiza una comida de hermandad.
Carnaval
Son muy conocidas sus comparsas y chirigotas, que repasan la actualidad del municipio y del país a través de la sátira y la crítica social. Se realizan bailes de carnaval.
Semana Santa
La iglesia de Santa Elena se convierte en el lugar desde donde toman salida las diversas imágenes de pasión de su Semana Santa.
Rulahuevos
El Domingo de Resurrección se desarrolla esta fiesta que fue traída por los colonos centroeuropeos en el siglo XVIII. Las familias lo celebran en el campo. Los huevos se cuecen para posteriormente pintarlos y decorarlos. El nombre lo recibe de un juego donde se rulan los huevos dejándolos caer pradera abajo.
Romería de San Isidro
Heredada de las Hermandades Sindicales de Labradores y Ganaderos, se procesiona a San Isidro a La Aliseda, celebrando allí una misa y un día de campo. Se utilizan carretas y caballos en este día de fiesta.
Fiestas de la Batalla de las Navas de Tolosa
Celebrada en torno al 16 de julio, se realizan ofrendas, dedicó una estatua a Alfonso VIII de Fco Javier Galán en el parque de los Concejales.
Santa Elena
Fiestas patronales que tiene su punto culminante en la procesión de Santa Elena después de la novena. Se realizan encierros de reses bravas, verbenas, competiciones deportivas, conferencias, etc.
Los Santos
Se degustan las típicas «gachas dulces» en familia con tostones, leche caliente o miel de caldera, tapándose las cerrajas de las puertas con ellas.
Fiestas de los Colonos
Fiesta joven, que tienen su origen en la celebración del 250 aniversario de la fundación de Santa Elena. Se realiza en el fin de semana de la Purísima. Los habitantes visten sus trajes típicos de colonos en el mercadillo y en los desfiles.
La ubicación de Santa Elena, a la entrada de Andalucía y en plena Sierra Morena, contribuye a que su gastronomía está influenciada tanto por la cocina andaluza como la manchega y a actividades tradicionales como la trashumancia o el pastoreo. La materia prima fundamental es la carne de caza mayor y menor, estando muy presentes las setas, entre las que sobresalen los níscalos. Abundan los frutos secos (nueces, almendras, castañas, etc.); las plantas silvestres (espárragos, madroños, moras, etc.) o las plantas aromáticas (tomillo o romero). La carne de monte (ciervo o jabalí) en adobo es uno de los platos estrella junto con el conejo al jarón, al hinojo o con salsilla bordonera; la liebre al guilindorro; la perdiz escabechada, las habichuelas con perdiz o los zorzales en salsa de almendras. Algunos platos de gran fama son los andrajos, el atascaburras, el ajomorro, la pipirrana, las migas, las puchas, las gachas, etc. Entre la repostería típica destacan las flores, los pestiños, las torrijas o los roscos fritos.
Texto y fotografías: Francisco José Pérez-Schmid Fernández