Veitia estaba vinculado al comercio americano como contador de Averías hasta 1660. Llegó a ser Tesorero y Juez Oficial de la Casa de Contratación. Trasladó sus quehaceres y tareas de su profesión al libro: Norte de la Contratación de las Indias Occidentales, publicado en Sevilla en 1672. Junto con su esposa, Tomasa Murillo, fueron padrinos del matrimonio de Bartolomé y Beatriz, en 1645. Años después, José sería también padrino de Francisco Gaspar, hijo del pintor. Murillo retrataría a Veitia en un lienzo que pasó años después a la colección de Gaspar Estaban, y que se valoró en 100 reales.
Tomasa recibió de su tío, Bartolomé Pérez Ortiz, un lienzo de la Virgen de Belén original del artista. Tras su muerte, en 1703, el lienzo pasaría a la colección de Gaspar Esteban.
Pérez Ortiz, primo de Murillo, era hijo de Antonio Pérez y María Herrera, llegando a ser Racionero de la Catedral de Sevilla donde ejerció como Capellán de la Capilla de la Concepción Chica. Mantuvo una relación estrecha con el pintor, del que poseyó hasta siete cuadros, como figura en su testamento. Cinco pasarían a la colección de Andrés León de Ledesma y de los otros dos, la Virgen de Belén llegaría a manos de Tomasa, y un San Fernando a la Sacristía de la Catedral.
Su hijo Gaspar Esteban además de la Virgen de Belén, procedente de su prima Tomasa, conservó en su colección algunas obras más de su padre, como atestigua su inventario de bienes de 1709. Alrededor de una veintena de obras se describen en su inventario destacando de todas ellas el autorretrato de Murillo.