La obra de Murillo también se conservará en su entorno más próximo. Sus parientes más cercanos se convertirán en un vehículo a tener en cuenta en el coleccionismo de su obra. No es de extrañar que familiares y allegados guardaran en sus hogares obras del pintor sevillano.

Un primer ejemplo lo encontramos en su sobrina Tomasa, casada con José Veitia Linaje en 1644 en la parroquia de la Magdalena.

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