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Sin palabras (SShhhtt, no hables)

Acerca de esta obra no hay nada que decir, de hecho, no hay nada que decir acerca de ninguna obra, ni siquiera nombrarla con un título a menos que como mera identificación así lo amerite.

El solo título en una obra encausa al observador a un derrotero prefijado forzadamente por el artista, mientras que la obra sola y sin intervenciones de lenguajes que no le son propios produce un disfrute puro y natural, es entonces cuando alguien del público pregunta, ¿Qué significa?, ¿Qué quiere decir?, y como artista yo respondo, ¿Qué te dice la obra? ¿te hace sentir algo?, y mas presto te digo, ¡calla!, no me respondas, no con palabras, no quiero profanar con otro lenguaje el código del lenguaje de éstas obras, ellas solo hablan con colores, formas, líneas, puntos, tonos, valores, ah sí, pero no son mudos; tienen lenguaje propio es lo que sucede, no de sonidos, no de letras, talvez algo de una gestualización que quedó plasmada y hoy es solo señal impresa de un movimiento corporal del artista que en su momento quedó grabado en la tela, pero ese cinetismo ya fue y solo huella de él quedó.

He visto y leído textos de textos de arte, no es que quiera ser o parecer docto ni tampoco ignorante, pero el arte de pintar me impulsa a solo verlo, digerirlo a través de la vista, que penetre a mi interior y como un bálsamo o un veneno, irrigue mis interioridades espirituales y me haga sentir; si produce una reacción, algo hizo allí, pero no lo traduzco con palabras, guardo el instinto y hago que se convierta en disfrute, esto me ha funcionado a nivel de arte formal o informal, ya sea un paisaje, un retrato, ¿a mi que me importa quien sea?, o que lugar representa, me concentro mejor en cada detalle de ese retrato, de ese paisaje pero por su distribución de colores, de su fluidez en el manejo de la técnica, de su magistralidad, su composición…y es allí justo en la confluencia de tantas cosas inherentes al puro arte que empieza mi disfrute y es por esto que supongo (a veces mal) que allí comenzará también el disfrute de los que observan las obras.

He observado que el disfrute depende de varios factores tales como la formación artística de la persona que observa, pero ¡oh sorpresa! No siempre es así, porque donde menos se espera ¡salta la liebre!, los estudios académicos no nos facultan a tener sensibilidad artística, existen esos entes agraciados como por regalo natural que tienen esos gustos exquisitos sin más ni más, solo porque sí y ya, personas que tienen su sensibilidad a flor de piel y se extasían ya creando, ya disfrutando al observar, trasladadas momentáneamente a mundos diversos generados por color y forma.

De los insensibles ni me preocupo, es una enfermedad de la cual no soy doctor ni hay cura para ello creo.

· Imágenes y texto de Leonel Gustavo del Cid Díaz.

· Dimensiones de las obras: 0.36 x 0.26 cm/Técnica mixta tintas gouache y acuarelas/ año de realización: 2020.