Perseguidos por sus creencias, expulsados por su origen o por su pobreza, rechazados por sus opiniones y exiliados por sociedades que les rechazaban y gobiernos que les temían. A lo largo de la historia los seres humanos se han visto en la necesidad de abandonar su casa y buscar una vida mejor en nuevas tierras, bien para iniciar un nuevo capítulo de sus vidas, bien para esperar el tiempo propicio de un retorno al hogar. Analizar estos movimientos forzados de población como un reflejo de las sociedades que los repudiaron permite comprender no solo los mecanismos de toma de decisión de las personas y comunidades perseguidas, las formas de acogida y protección hacia quienes llegaban o la misericordia hacia los prófugos, sino también los procesos de afirmación que hacía intolerable su presencia. Las dinámicas de los exilios, del siglo xv al siglo xx, hacen visibles las bases excluyentes sobre las que se erigieron los poderes occidentales y muestran cómo estas cambiaron. De la religión a la política, de la nación a la ideología, las justificaciones de los exilios, pero también las de la acogida de quienes los padecían, definían el mundo ideal que se quería construir. Una historia global de los refugios, y no solo la de uno u otro, descubre las permanencias y los cambios, los conflictos y las contradicciones, las certezas y las dudas de quienes los vivieron, y evidencia que fueron una constante de las sociedades modernas, lejos de la imagen clásica de que es una peculiaridad de los mundos ibéricos.
«Refugiados, exiliados y retornados en los mundos ibéricos», ha sido coordinado por José Javier Ruiz Ibáñez y Bernard Vincent y uno de sus capítulos es obra de Igor Pérez Tostado.
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