Francisco de Vargas (1490-1546)

Francisco de Vargas (1490-1546)

Jonatán Orozco Cruz, Universidad Pablo de Olavide

Francisco de Vargas nació en 1490 en la ciudad de Medinaceli. Desarrolló su carrera como teólogo fundamentalmente en la Universidad de Alcalá de Henares durante el primer cuarto del siglo XVI. En esta época coincidieron en la Complutense tres de los personajes más destacados de los círculos reformistas sevillanos: Constantino de la Fuente, Juan Gil y Francisco de Vargas. Sin lugar a dudas el ambiente humanista y fundamentalmente erasmista instaurado por el cardenal Cisneros en dicha institución constituyó una marca diferenciadora en la concepción religiosa de estos tres personajes. La valía intelectual de Francisco lo llevó a ocupar la cátedra de artes entre los años 1517 y 1519, aunque su carrera académica no acabaría hasta 1525, cuando se licenció y doctoró en teología por la Universidad de Alcalá. En 1529 pasó a ocupar la cátedra de Juan Escoto en la misma institución, cargo que mantendría hasta 1532 cuando comenzó en la cátedra de moral.

 

Sin embargo los cambios producidos en el ambiente cultural de Madrid y particularmente en la Universidad de Alcalá a principios de la década de 1530 lo hacen aceptar una canonjía en el cabildo catedralicio de Sevilla ofrecida por el arzobispo Alonso de Manrique. Desde este momento hasta su muerte en 1546, Francisco de Vargas ocupó varios cargos que lo ligaron tanto al Colegio de la Doctrina de los Niños como al Colegio de Santa María de Jesús, donde obtuvo la cátedra de teología en febrero de 1535.

Durante este periodo, Francisco de Vargas fue uno de los referentes intelectuales de la heterodoxia sevillana, así como uno de los personajes más activos del cabildo catedralicio. Cuando en 1543 muere Gil de Fuentes, supervisor del Colegio de la Doctrina de los Niños y uno de los favorecedores del conventículo reformista que se reunía en su interior, se elige como nuevos supervisores del Colegio tanto a Constantino como a Francisco. Por otro lado, el Tribunal del Santo Oficio reclamó en varias ocasiones la ayuda de Vargas para la revisión de obras y el estudio de algunos casos concretos. Por tanto a su muerte en 1546 nos encontramos con un personaje muy relevante en la vida religiosa de la ciudad en todos los sentidos.

El descubrimiento de los conventículos heterodoxos sevillanos y el revuelo generado a raíz de que muchos de los procesados ocupasen puestos de renombre en el cabildo catedralicio de la ciudad, así como el estrecho vínculo que Francisco de Vargas había tenido en vida con el Colegio de la Doctrina de los Niños, hizo necesario la apertura de su proceso años después y, aunque Cipriano de Valera aseguró que el cuerpo de Francisco fue exhumado y quemado en la hoguera con el resto, aún no se conoce la resolución del mismo. Sin embargo contamos con la suficiente información para decir que Francisco de Vargas fue una figura central en los círculos heterodoxos de Sevilla, fue partidario de la necesidad de un estudio y revisión en profundidad de los textos sagrados, y que por su forma de entender la religión resulta plausible que lo declararan hereje y dogmatizador.

Bóveda de la Sala Capitular de la Catedral de Sevilla. Fuente: Wikipedia

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