Gaspar Zapata (impresor)

Gaspar Zapata (impresor, fechas de nacimiento y defunción desconocidas)

Natalia Maillard Álvarez, Universidad Pablo de Olavide

Gaspar Zapata o Tristán, era hijo de Diego Tristán, secretario de la Audiencia, y de Juana Zapata. Su prima y esposa, Isabel Tristán, era hija de un escribano de la justicia de Sevilla. Nada sabemos sobre su formación como impresor y ni siquiera si fue realmente maestro impresor, o solo dueño de un taller. Lo que sí sabemos es que debió ser un hombre culto, y que en su breve labor como tipógrafo introdujo en Sevilla letrerías de gusto renacentista.

 

Se le atribuye la impresión de unas pocas obras de variada temática, todas dadas a la luz en torno a 1544. En una de ellas, la Bernardina, recopilación de poemas latinos del antequerano Juan de Vilches, se recoge un elogio a Zapata, animando a los jóvenes a acudir a él para encontrar obras enmendadas y de buenos autores para lectores instruidos. Toda su letrería será usada desde 1545 por Juan de León, justo cuando se le pierde a él la pista como impresor.

En 1550 inquisidores de la Sevilla piden que se examine si está al servició de don Fadrique Enríquez de Ribera, y se le acusa de haber entregado libros luteranos en Bruselas a Antonio de Guzmán con destino a Sevilla.

Después de servir a don Fadrique, con el que probablemente viajó por toda Europa siguiendo a la Corte, pasó al servicio de su hermano, el segundo marqués de Tarifa y duque de Alcalá de los Gazules, de quien era secretario en 1559. En ese año su señor se disponía a pasar a Nápoles para ocupar el cargo de virrey, pero la Inquisición envió recaudo a Barcelona, donde se encontraban, para apresar a Zapata y a su esposa. A él no consiguieron atraparlo, al parecer porque se escapó a Venecia, pero su mujer corrió peor suerte, y fue presa por la Inquisición en la ciudad Condal, desde donde intentó defender la inocencia de su marido.

Los inquisidores consideraron que Gaspar Zapata era culpable de herejía, y que con su huída solo buscaba poder vivir libremente en la nueva religión. Se le acusaba, al parecer, de ser seguidor de Constantino de la Fuente, y de haber impreso en su taller libros con sus errores. Por ello fue condenado a la confiscación de sus bienes y a la hoguera, aunque al no poder disponer de su persona lo quemaron en efiguie tras el auto de fe de 1562, mientras que su mujer fue enviada a las cárceles de la Inquisición sevillana, siendo absuelta poco después. Nada sabemos sobre estas supuestas impresiones heterodoxas salidas de su taller, pero es posible que no se tratase de libros propiamente dichos, sino de pasquines u hojas sueltas.

Fuera ya de España, Zapata formó parte del grupo de españoles luteranos refugiados en Inglaterra, pero el exilio se le hizo difícil, por lo que tras solicitar un salvoconducto a la duquesa de Parma, marchó a Flandes con la intención de regresar a España. Se ignora en qué acabó su intento.

Gaspar Zapata (Edición de la Bernardina, Sevilla, 1544. copia de la Universidad Complutense de Madrid, a través de Google Books)

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