Constantino de la Fuente (1502-1559/60)

Constantino de la Fuente (1502-1559/60)

Jonatán Orozco Cruz, Universidad Pablo de Olavide

Constantino de la Fuente nació en San Clemente en 1502, probablemente en el seno de una familia conversa, algo que lo condicionará durante toda su vida. En 1524 era estudiante de gramática en la Universidad de Alcalá de Henares, donde trabó amistad con los entonces estudiantes de teología Juan Gil y Francisco de Vargas. Constantino se consideraba filólogo de las Sagradas Escrituras, como gustaban llamarse los teólogos humanistas. Allí permaneció hasta 1533, momento en el que se fue sin acabar su formación teológica, debido al estatuto de limpieza de sangre que se implantó en la Universidad Complutense en esos años, que privaba a los descendientes de judíos el acceso a los claustros universitarios. Por esta razón el 13 de junio de 1533 recaló en Sevilla, reclamado por el cabildo catedralicio como predicador, donde poco después completó su formación, graduándose en teología en la Universidad en 1534.

 

En los años posteriores la fama de Constantino de la Fuente como predicador lo llevó a desempeñar un papel fundamental dentro del cabildo catedralicio, algo que trascendió cuando fue designado el encargado de realizar el sermón durante el funeral de Isabel de Portugal el 18 de mayo de 1539.

Fue uno de los personajes que más escribió y buscó influenciar con sus escritos: 1543 primera edición de su obra Suma de la Doctrina Cristiana; 1546 escribe Exposición del Primer Salmo de David; 1547 escribe su Doctrina Cristiana y la Primera parte de los artículos de la fe (la segunda nunca salió a la luz). El 22 de agosto de 1548 se le da licencia para imprimir sus obras por 10 años.

El reconocimiento de la labor de Constantino llegó el 1 de septiembre de 1548, cuando fue nombrado capellán del príncipe Felipe y, como tal, dos años después formó parte de la comitiva de Carlos V en sus viajes por Europa. Entre 1550 y 1553 acompañó a Carlos V en la Dieta de Augsburgo, donde al parecer conectó con líderes reformados como Gaspar de Nydbruck y Francisco de Encinas. Durante su estancia en distintas ciudades europeas aprovechó para hacerse con una buena partida de libros destacados en materia teológica, aportaciones que le llevaron a tener una de las bibliotecas más importantes en la Sevilla de la época. En estos años se le ofrece la canonjía magistral de la catedral de Toledo, cargo que rehusó debido al estatuto de limpieza de sangre que se había promulgado en este arzobispado en los años anteriores. También durante su ausencia la Universidad de Alcalá había llamado la atención al inquisidor de Sevilla sobre algunos puntos heréticos encontrados en las obras de Constantino. Por ello a su vuelta a Sevilla a finales de junio de 1553 su figura estaba siendo investigada por el Tribunal del Santo Oficio, tanto es así que pocos meses después se le devuelve la obra Espejo del estado del hombre en esta presente vida para que fuera rectificada.

Entre 1554 y 1556 Constantino volvió a ausentarse de Sevilla durante el viaje en el que acompañó a Felipe II a su boda con María Tudor. Cuando vuelve a la ciudad andaluza se encuentra una situación de enorme tensión entre el cabildo catedralicio y los representantes de Fernando de Valdés, arzobispo de Sevilla e Inquisidor General. En medio de estos conflictos Constantino de la Fuente jugó un papel fundamental al ser propuesto para ocupar la canonjía magistral de la catedral tras la vacante dejada por su amigo Egidio, ya que el arzobispado quería imponer a su candidato para el puesto, Pedro Zumel. El 12 de junio de 1557 Constantino había sido nombrado para el cargo, se sentaba en el coro de la catedral, parecía que el cabildo había ganado la partida a Valdés. Sin embargo, pronto recibió ataques de La Compañía de Jesús sobre el contenido de sus sermones y el Colegio de Santo Tomás de Aquino lo denunció al Santo Oficio, por lo que en los meses posteriores el nuevo magistral se vio obligado a ir en repetidas ocasiones a dar explicaciones sobre los sermones que estaba dando en la catedral.

Finalmente el 16 de agosto de 1558 la Inquisición encontró las pruebas que buscaba contra Constantino para endurecer el proceso contra éste: hallaron en la casa de Dña. Isabel Martínez de Alvo varios libros reprobados y un manuscrito de puño y letra del magistal en el que definía al Papa como el anticristo y negaba la veracidad del purgatorio. Por lo que Constantino de la Fuente fue encarcelado junto al maestre del monasterio de San Isidoro del Campo, García Arias.

Constantino de la Fuente no sobrevivió a su proceso inquisitorial, muriendo entre los meses finales de 1559 o los primeros de 1560, antes de ser condenado en auto de fe público. Un año después, exhumaron su cadáver junto al del anterior magistral, Juan Gil, para condenarlos y quemar sus restos en el auto de fe celebrado el 22 de diciembre de 1560. Sus obras fueron censuradas y Pedro Zumel ocupó la canonjía, otorgando al arzobispado la primacía en materia religiosa en la ciudad al tomar el control del cabildo catedralicio.

Portada de la Doctrina Christiana (Amberes, 1554). Fuente: Biblioteca Digital Hispánica

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