Presentación de la memoria académica 2019-2020
Un año más (y esta vez sin esperarlo), me complace presentarles, en este acto solemne, la Memoria Académica. Como en ediciones anteriores hemos querido sintetizar en ella los datos que han comprendido nuestra actividad en el pasado curso académico bajo la misma divisa, la de contribuir también a la reflexión intencionada acerca de la eficacia de nuestros servicios públicos y de cómo los préstamos.
Como se podrán imaginar, recoger en un único documento cuanto hemos hecho es una tarea que se antoja muy laboriosa, por el esfuerzo que apareja. Por tanto, convendrán conmigo que exponer en pocos minutos los resultados del pasado curso, nos empuja a buscar formatos más atrevidos para la exposición de las grandes cifras. Como ahora verán, seguimos la misma pauta de las últimas ediciones, al optar por una presentación de factura más moderada. Pero, a cambio, conlleva la siempre arriesgada selección de los hechos más representativos de nuestra actividad.
En el pasado curso académico esta Universidad se ha distinguido, no sólo por la excelencia académica e investigadora, sino también por esa otra idea de calidad más amplia, que acoge la misión y los valores propiamente universitarios; y con la que se nos inviste al llegar aquí para luego transmitirla en cada curso, como una forma de estar siendo, como una seña de identidad, a nuestros estudiantes. El dinamismo de la Comunidad Universitaria a la hora de adaptarse a un escenario de emergencia sanitaria como el que nos ha tocado vivir este año, es el testimonio patente de que sigue siendo así.
Como podrán ahora apreciar, seguimos ofreciendo una docencia de calidad en todos los niveles formativos. El hecho de que la UPO siga siendo la primera universidad andaluza en productividad docente, con más de seis puntos por encima del promedio de las demás; la acreditación institucional del sexto de nuestros Centros, en este caso, la Facultad de Derecho; y el hecho, en sí mismo, de que seamos la primera universidad andaluza en acreditar prácticamente a todos sus centros, certifican, y de qué manera ya, nuestro compromiso con una docencia de calidad.
En lo que hace a la investigación, la UPO ha seguido contribuyendo a la construcción de un sistema productivo basado en el conocimiento, desde la excelencia y la colaboración con el tejido empresarial. Destaca, en este sentido, la captación de fondos, tanto en convocatorias competitivas de ayudas públicas a la investigación, como a través de la firma de contratos y convenios de investigación con otras instituciones y empresas. Incluso, pese al descenso general de la demanda de transferencia, esta Universidad ha llegado a suscribir más de 100 contratos de servicios de I+D.
La proyección internacional y el impulso a la movilidad sigue siendo otro de nuestros distintivos en el curso que ahora termina. El avance en los Rankings internacionales, el aumento significativo de la colaboración con otras Instituciones Educativas de más de 40 países y el hecho de que, para la SEPIE, la UPO siga siendo la segunda universidad pública española, y la primera en Andalucía, en términos de movilidad internacional; rubrican, otro año más, el éxito de aquélla.
Especial mención merecen también:
- La colaboración con otras universidades, entidades o empresas para el desarrollo de nuestros fines, como se colige del alto número de Convenios suscritos, pese a las limitaciones que aparejaba la legalidad excepcional del Estado de alarma.
- El programa de ayudas a estudiantes para paliar los efectos de la brecha digital.
- La adaptación de nuestra oferta formativa al marco europeo de competencia digital.
- El diseño de recursos multimedia para la adquisición de competencias transversales.
- El impulso a la empleabilidad de nuestros titulados.
- La activación del proceso de elaboración de los presupuestos con enfoque de género, pues hemos sido la primera universidad en hacerlo.
- El compromiso social “extramuros”, a través de Aula abierta de mayores y la Residencia Flora Tristán.
- y cómo no, el fomento de la cultura a través del Proyecto Atalaya y de Programas de extensión universitaria como el de Cultura Mínima.
Desde un punto de vista formal, la estructura de la Memoria de este año no difiere de la anterior, pero trata de ofrecer una panorámica todavía más sintética de la actuación global de la Universidad. La primera parte está dedicada a exponer la actividad general que se ha desplegado, analizando y valorando por sectores, centros y departamentos, los datos más relevantes.
La segunda parte, que se sigue presentando bajo la rúbrica “la UPO en cifras”, ofrece información estadística detallada, con el fin de proporcionar una “imagen fiel” de la actividad desarrollada por la institución en sus diferentes áreas. Intencionadamente se mantiene su formato, con el ánimo de consolidar la información a través de las series resultantes de los distintos cursos académicos. Asimismo, se mantiene la estructura de los anexos, comprensivos, entre otros, del repositorio histórico dedicado a ediciones pasadas.
Muchas gracias
