El proceso de transformación territorial de los últimos años a nivel mundial ha tenido como elemento más destacado la consolidación del crecimiento de las ciudades como sistema básico de asentamiento de la población en el territorio. Según Naciones Unidas en el año 2030 más del 70% de la población mundial vivirá en ciudades.
La concentración de la población en un conjunto de municipios diferenciados desde el punto de vista administrativo, pero con una realidad social y económica que traspasa dichas delimitaciones y que condiciona los procesos de movilidad y vida cotidiana de sus habitantes da lugar a la conformación de lo que se puede denominar como áreas metropolitanas.
Aunque el “hecho metropolitano” es único, existen diferentes formas de aproximarse a su definición, aunque todas ellas comparten el principio de que es la movilidad residencia-trabajo el elemento fundamental que lo configura como realidad territorial, y todas ellas coinciden en poner de manifiesto el crecimiento y el dinamismo del desarrollo y configuración de las áreas metropolitanas.