El “hecho metropolitano” tiene también una respuesta en términos políticos e institucionales de cara a establecer las fórmulas más adecuadas para mejorar los sistemas de gobernanza de las áreas metropolitanas, con la finalidad de avanzar en la capacidad de respuesta que las administraciones y sus políticas públicas deben de dar a los nuevos e intensos retos que plantean las áreas metropolitanas.

Si no existe un marco de gobernanza claro y flexible, la gobernanza y la coordinación entre los municipios y otros niveles de gobierno, será complicado atender a las necesidades de las localidades y de la ciudadanía sean urgentes o no. Para mantener la acción colectiva es necesario que la relación con los habitantes del área metropolitana sea fuerte. Actualmente, se habla del e-Gobierno como una de las soluciones a muchos de los problemas de comunicación que tienen las instituciones para llegar a toda la ciudadanía.

Las áreas urbanas concentran la mayor parte de la pobreza y no están preparadas para asumir la ola de pobreza que ya va en aumento con la crisis del Covid-19. Está claro que debemos remar hacia un concepto de Ciudad Smart, pero sin dejar atrás la justicia social dando prioridad a los espacios más empobrecidos.

Diferentes organizaciones internacionales, como Metrópolis, la OCDE o el Consejo de Europa mantienen que las áreas metropolitanas son escenarios de gobernanza multinivel (relaciones tanto horizontales como verticales), en los que intervienen entes privados y públicos, de manera que la cooperación entre todos los agentes es prioritaria.

Según estos organismos internacionales (conexión a OCDE y documento de metrópolis y UCLG) existen diferentes fórmulas de gobernanza para dar respuesta a los retos del desarrollo urbano en términos de las dinámicas metropolitanas, estableciendo que cada una de ellas debe. de adaptarse a las características y condiciones propias de cada área metropolitana:

  • Gobiernos metropolitanos o estructuras creadas para afrontar los retos metropolitanos a un nivel – después de la fusión de municipios o con una designación de “ciudad metropolitana”- o a dos niveles – manteniendo los municipios, pero con un nivel de coordinación metropolitana-
  • Agencias metropolitanas sectoriales para gestionar o planificar un solo servicio
  • Coordinación vertical donde las políticas metropolitanas se realizan por otros ámbitos de gobierno ya existentes (región, provincia, condado…)
  • Modelos pocos institucionalizados basados en la cooperación voluntaria de municipios y otros niveles de administración y la sociedad civil, que puede ser denominada como gobernanza estratégica.