La estación de San Lázaro

A Monet le gustaba pintar trenes porque le entusiasmaban estos medios de transporte que hicieron la vida más fácil a toda su generación. En esta obra convierte a la locomotora en protagonista de la composición, algo inusual en el movimiento impresionista, ya que los trenes siempre formaron parte del paisaje. Junto al signo de modernidad que suponía el ferrocarril, el pintor representó, al fondo del lienzo, la arquitectura de los edificios de París.

 

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