Esta semana tenemos el placer de contar con Álvaro Méndez, empresario, director gerente y profesor de danza española y flamenco. Álvaro nació en Sevilla y ha dedicado gran parte de su vida a la danza, formándose en grandes y prestigiosos centros y compañías como las de Antonio Márquez, Joaquín Cortés, Mario Maya, la Compañía Andaluza de Danza y el Centro Andaluz de Danza. En los últimos años, trabaja como profesor en su propia escuela “Alvarycoke” y ha dirigido diversos proyectos conocidos a nivel nacional como Simof Baila, el Salón Nacional de Danza de Alcalá de Guadaíra, el Concurso Nacional de baile “Híspalis” o el Centro de Formación y Perfeccionamiento Profesional de Danza “Daprise”. Hoy, tenemos la suerte de realizarle esta entrevista, descubriendo así este mundo de la danza y el flamenco que tanto caracteriza a nuestra tierra y, sobre todo, a Sevilla. 

P: ¿En qué momento supiste que querías ser artista?

R: Sincermante, lo tuve bastante claro cuando apenas tenía 3 años. Sin embargo, ya con 21, y viviendo por entonces en Madrid, me di cuenta que el mundo del “artisteo” no estaba hecho para mí. Era difícil estar continuamente de viaje fuera de casa y alejado de mi familia. Además, no me daba la estabilidad emocional y económica que yo necesitaba. Fue entonces cuando descubrí que esa no era la vida que yo quería.

P: ¿Te ha quedado algo de todos aquellos maestros y compañías en las que has estado?

R: Claro que sí. Todos han dejado huella en mí de un modo u otro. Aún así, es cierto que entre todos mis maestros siempre destacaré a Mario Maya. A él nunca lo olvidaré, al igual que nunca olvidaré su enseñanza y sus grandes consejos, los que me ayudaron a desarrollarme como persona.

P: ¿Cuáles son los valores que intentas inculcar a tus alumnos?

R: En general, y en todos los años que llevo como profesor, he tratado que mis alumnos sean, ante todo, buenas personas. Es más, creo que algunos valores como la humildad o la empatía son necesarios para que la persona en cuestión adquiera una buena disciplina, tanto en su vida profesional como en su vida personal. Y ya luego, que Dios reparta suerte.

P: ¿Qué te ha aportado la danza a nivel personal? ¿Tienes alguna filosofía de vida que puedas emplear tanto a nivel personal como a nivel profesional?

R: La danza me ha aportado, sobre todo, disciplina. Sin embargo, no sabría decirte qué filosofía de vida sigo porque, personalmente, considero que uno tiene que bailar porque así lo siente y porque le nace de dentro, del corazón. Aún así, es cierto que siempre me he mostrado bastante reacio ante todas aquellas actitudes que incentivan a la competitividad entre personas. Un comportamiento que, sin lugar a dudas, intento alejar tanto de mí y mis seres queridos como de todos mis alumnos. 

P: En los últimos años, muchos bailaores del panorama nacional están reivindicando el flamenco, ¿eres partidario del flamenco vanguardista o, por el contrario, te decantas por un flamenco más tradicional y en toda su esencia?

R: Personalmente, me gusta el flamenco desde la raíz, es decir, el antiguo y más tradicional. Sí considero que tenemos que innovar, pero sin salirnos del ámbito del  flamenco y evitar hacer este tipo de “experimentos” solo por fama o con el fin de ganar dinero. Es verdad que, cuando he hecho flamenco televisivo, he tenido que seguir un “guión” y me he visto obligado, en cierto modo, a hacer un flamenco más “comercial”. Pero, a pesar de ello, quiero recalcar que, solo lo he hecho porque, en este caso, es el director quien manda y quien dirige el espectáculo. En resumen, a mí me gusta el flamenco que nace de las entrañas; aquel flamenco tradicional con su bata de cola, sus flores bien puestas, su mantón…

P: Quienes conocemos el mundo de la danza sabemos que son muchos los espectáculos que pueden llevarse a cabo en apenas un año (concursos, exhibiciones…), ¿en qué te inspiras a la hora de montar una coreografía?

R: En realidad, depende mucho del estado anímico y emocional en el que me encuentre en ese momento. Así mismo, me suele inspirar mi familia y toda la gente que me quiere. En otras palabras, los que te dan la vida las 24 horas del día. 

P: ¿Tiene el flamenco o la danza española el reconocimiento cultural que merecen?¿Cómo se podría dar difusión a ambos?

R: En absoluto. Ni el flamenco ni la danza española tienen el reconocimiento que se merecen, motivo que nos inspira a seguir trabajando. Es más, desgraciadamente, se puede decir que la culpa la tenemos nosotros por no saber valorar y apoyar algo tan nuestro como es el flamenco. Por otra parte, diría que la televisión puede ser un buen escenario para su difusión, pues si no apareces en televisión, parece que no existes. Es cierto que hay programas dedicados a la danza pero son emitidos a altas horas de la noche, lo que hace que nadie pueda verlos. Por lo tanto, como he dicho anteriormente, creo que la televisión puede ser una herramienta bastante interesante no solo para la difusión de la danza o el flamenco, sino para la cultura en general. 

P: ¿Cuál es el panorama del flamenco a nivel provincial? ¿Cuál es tu visión actual y futura del mismo?

R: Actualmente, el flamenco no está pasando por su mejor momento. Aunque, teniendo en cuenta la situación en la que vivimos, no es que nadie lo esté pasando bien ahora precisamente. A pesar de todo, me muestro bastante positivo ante las expectativas de futuro del mismo, pues todavía queda mucha esencia en los “tablaos” y hay muchos jóvenes que vienen pisando fuerte. 

P: En algunos de tus últimos proyectos, la moda y el flamenco se unen en diferentes espacios como Simof Baila o el Salón Nacional de Danza de Alcalá de Guadaíra, ¿cómo se te ocurrió fusionar ambos ámbitos en un mismo certamen?

R: Cuando me nombraron director de Simof Baila para unir la moda y el flamenco me pareció una propuesta bastante interesante, y a la vez, mágica. Personalmente, creo que la moda y el flamenco están vinculados en muchísimos sentidos pues, al fin y al cabo, todos los bailarines utilizamos unos trajes, unas flores… Entonces, gracias a Dios, me siento muy orgulloso de haber tenido la oportunidad de poner mi granito de arena en ambos eventos (Simof Baila y el Salón Nacional de Danza) que, gracias a la difusión de algunos medios, han llegado a ser conocidos a nivel nacional.

P: ¿Tienes otros proyectos en mente?¿Nos podrías adelantar algo de ellos?

R: Ahora mismo me encuentro trabajando en un proyecto que me ofrecieron recientemente. Sintiéndolo mucho no puedo comentar todavía nada públicamente, pues todavía estamos intentando llegar a un acuerdo ambas partes. Ahora bien, sí puedo garantizar que todo proyecto que me ofrecen y acepto dirigir, será con el fin de promover la danza y el flamenco. Siempre intentaré motivar, a través de ellos, a todo tipo de público, tanto a los más pequeños como a los más mayores, y no solo al limitado sector profesional que, normalmente, acude con invitación. Incluso me atrevería a decir que trato que todos los jóvenes que acuden actualmente a conciertos, también se vean atraídos por este tipo de eventos y certámenes. 

P: ¿Qué le dirías a todos aquellos jóvenes, y especialmente chicos, que quieren dedicarse a la danza?

R: En general, les diría que nunca pierdan la ilusión y las ganas de bailar. Aún así, el mundo de la danza es muy duro; es una carrera de fondo bastante sacrificada y en la que tienes que ser constante. Honestamente, puedo garantizar que los sueños se cumplen. Por mi parte, he cumplido todos mis sueños; unas aspiraciones que con el tiempo, cambiaron radicalmente. Yo siempre quise ser bailarín y, para ello, me presenté a muchas audiciones. Pero, de todas ellas, siempre recordaré aquella en la que me di cuenta de todo: la audición al Ballet Nacional de España (BNE). Tras mi paso por el Centro Andaluz de Danza (CAD), tanto mi mujer como yo, nos presentamos a las audiciones del BNE que, entonces, era dirigido por el maestro Don José Antonio Ruiz. Al contrario que algunos compañeros, nosotros no tuvimos la oportunidad de participar ni en la primera fase de dicha audición; lo que hizo que cogiera un berrinche de niño pequeño. Sin embargo, ahora me gustaría agradecer, públicamente, a Don José Antonio Ruiz aquel “No” que tanto me costó asumir pero que tanto me ha dado en todos estos años. Un “No” que, sin duda, fue el primer paso para conseguir todo lo que ahora tengo por mis propios medios y sin ningún tipo de ayuda. Al fin y al cabo, gracias a él y a su decisión, cambió mi visión de la vida y descubrí que lo que quería era volver a Sevilla con mi familia.

En definitiva, Álvaro es un apasionado de la vida y, sobre todo, de su profesión. La danza y grandes profesionales, como él mismo decía, le han influenciado a lo largo de su vida y le han ayudado a formarse como persona. Además, con la máxima humildad, y su trabajo, y esfuerzo, adopta la labor de inculcar el amor, la pasión y la dedicación que él mismo siente por la danza a todos sus alumnos. Por ello, desde El Patio Colorao queremos agradecer a Álvaro su disponibilidad y compromiso con la cultura, y con algo que tanto caracteriza a nuestra provincia: el flamenco. Sin duda alguna, vendrán tiempos mejores pero, de momento, piensen que… “Si pueden soñarlo, pueden hacerlo”. 

Me llamo Marina y estudio Humanidades en la Universidad Pablo de Olavide. En pocas palabras, me definiría como una enamorada del arte, el flamenco y, sobre todo, mi tierra: Andalucía.

One Reply to “Álvaro Méndez: «Los sueños te cambian»”

  1. Excelente exposición. Estoy de acuerdo con todo lo que piensas del flamenco, aunque hay un pequeño detalle, del que no estoy del todo, ¡Ojo! del todo (sí en partes, o con matices), identificado, y es simplemente, el de la competitividad. Estoy a favor de una competencia sana, didáctica y productiva. ¿Recuerdas la cantidad de concursos (amañados o no) y exhibiciones que existían antes? Esos me sirvió a mí a superarme día a día y a no relajarme. Me ayudaron a perfeccionar, a ver, aprender, trabajar, saber caerme y aprender a levantarme, y como a mí, a muchísimos grandes de esta bonita «profesión». Sin la «competitividad», cosa mal analizada (a mi juicio) hoy en día, no existiría la superación, la evolución, el ingenio, la constancia, una creatividad más allá, pero con fundamentos, etc., etc. Es verdad que tú luchas y trabajas duro por alzar la voz del flamenco y el baile en general, y eso, te lo agradecemos. Mucho ánimo y fuerzas a todos los amantes del arte y la cultura en general, que estamos pasando por un momento extremadamente delicado. Muchos y muchas escuelas, se quedará por el camino, y perderá la juventud, la oportunidad de cruzarse en su camino.
    Un abrazo, tu amigo Carlos Díaz: un andaluz que se vino a Madrid a enriquecerme como artista, y que se quedó,….de momento 🙂

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