Nos encontramos en plena semana de Feria de Sevilla, una de las fiestas más conocidas de nuestro país. No cabe duda de que la de este año pasará a la historia por las circunstancias que han impedido su celebración. Por ello, desde el Patio Colorao queremos hacer un pequeño homenaje a esta fiesta tan querida por los sevillanos. De la mano de Ispavilia, una empresa de ocio cultural de Sevilla, y del gestor cultural, historiador y periodista Adrián Yánez recogeremos algunas curiosidades de la historia de la Feria sevillana.

La Feria de Abril se remonta a 1847, pero no siempre se celebró en Los Remedios, su actual localización. Fue en el Prado de San Sebastián donde se fundó y se acogió a miles de personas que acudían a esta celebración durante muchos años. Sin embargo, en sus comienzos la Feria era muy diferente a la idea que se concibe en la actualidad: consistía en una feria de ganado, a la que los comerciantes acudían para vender sus productos. Ya desde sus inicios se montaban las famosas casetas, donde los comerciantes se alojaban junto a su ganado. Lo habitual era ofrecer vino y comida al cliente que allí llegara. Así, la Feria se fue convirtiendo con el paso del tiempo en una jornada festiva llena de cante, baile y vino. Asimismo, no debemos dejar atrás un elemento esencial de esta festividad: el traje de gitana. La gran mayoría de las comerciantes de ganado eran de etnia gitana y llevaban vestidos similares durante estos días. Poco a poco este atuendo se fue normalizando incluso entre las clientas, dando lugar así al traje de gitana.

Durante los primeros años, para acudir a la Feria se debía salir de la ciudad por la Puerta Nueva, que se muestra en la imagen, siendo esta la primera portada del Real.

Más tarde, a finales del siglo XIX se construyó en el Prado una pasarela adornada con bombillas que formó parte de la celebración, lo que también recuerda a la portada que se sigue construyendo cada año.

La Feria se siguió celebrando en el Prado hasta 1973, momento en el que se decidió trasladar por cuestiones de espacio al actual emplazamiento, el Real de la Feria en Los Remedios. ¿Y por qué Real? Existen dos teorías al respecto: una porque el Prado de San Sebastián era en realidad un terreno real, ya que fue cedido por el rey a la ciudad, y la otra porque los cocheros cobraban un real por trasladar a los feriantes al lugar de celebración.

Como sabemos, en la actualidad la Feria se celebra dos semanas después de la Semana Santa. Sin embargo, en sus comienzos no se regulaba esta separación, dando lugar a que en 1848 coincidiera con el lunes, martes y miércoles santo, ya que antiguamente solo duraba tres días.

Por último, el día del “pescaito” es el que da inicio a la Feria, por eso es el más querido y esperado por los sevillanos. Pero ¿por qué “pescaito”? Este día, hasta hace pocos años, se celebraba un lunes, por lo que los comerciantes aprovechaban que los lunes no se trae pescado fresco para obtenerlo a menor precio. Además, se freía para evitar el mal sabor. A pesar de que ahora el “pescaito” se celebre un sábado se ha seguido manteniendo esta tradición.

Estas son algunas de las curiosidades que se esconden tras la Feria de Abril de nuestra ciudad, como vemos muy distinta a sus orígenes, pero que siempre ha conseguido enamorar a sus visitantes. Aunque este año no podamos disfrutar de ella, el próximo la retomaremos con más fuerza y ganas que nunca.

(Imagen de portada obtenida de El Correo de Andalucía. Información e imágenes del texto obtenidas de los enlaces de Ispavilia y Adrián Yánez)

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