Cada año, en la víspera del día 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción, el sevillano pueblo de La Algaba, prepara sus candevelares (nombre resultante de candela y velar; velar en las candelas), una fiesta centenaria en la que los más jóvenes buscan maderas y paja para llevar a las hogueras, rematadas por un júa (muñeco hecho de trapo y virutas de madera y que actualmente es más común en las fiestas de carnaval) que se van conformando en casi cada barrio de la localidad a cargo de asociaciones y hermandades, siendo una de las más conocidas la impulsada por la Hermandad del Rocío de La Algaba, y que permanecen encendidas desde las 19:00h. hasta las 2:00h. (estipulado por el Ayuntamiento), aunque este horario depende de la apetencia de la población. En origen, estas hogueras eran símbolo de la competición entre barrios por ver cuál era el que llegaba más alto al arder. Estos jóvenes, al atardecer se reúnen con familiares y amigos para pasar un buen rato hablando, comiendo y, como fecha próxima a la Navidad, se cantan villancicos. Más tarde irán a sus «casas de Navidad» con sus amigos. La Algaba recibe, purificándose con estos fuegos, las próximas fiestas. Los más pequeños ya se atreven a prender sus primeras candelas con supervisión de sus padres y los abuelos ven como la tradición perdura en el tiempo a pesar de las malas costumbres que los adolescentes y otros jóvenes puedan adquirir, pero que con el tiempo pasan a segundo plano. Pero, ¿de dónde viene esta tradición?

Foto propia

Como hemos mencionado, es la fiesta a la advocación de la Inmaculada Concepción o Purísima Concepción, de gran popularidad entre los algabeños, por lo que no es de extrañar que muchas niñas y mujeres del lugar lleven por nombre «Inma» o «Conchi». Dicha festividad se remonta a 1854 cuando los lugareños esperaban confirmar la buena nueva del dogma de la Inmaculada Concepción de María por el Papa Pío IX, en la bula Ineffabilis Deus, lo que los llevó a pasar la noche en vela alrededor de las lumbres, tradición que es, a día de hoy, nuestro legado. A esto se suma que en esta víspera, se produce la procesión de la Virgen, que se encuentra en su ermita, cuyo edificio formó parte del extinto convento franciscano de San Salvador perteneciente a la orden de los Padres de la Custodia de Andalucía, en el Barrio de El Aral, por las calles del mismo acompañada de un coro de campanilleros, mientras arden los candevelares. Al terminar el recorrido se prende el mayor de los candevelares algabeños, el que queda cercano a la ermita de la Purísima, pues también se ve esta tradición como la forma de acompañar a la Virgen María.

Fuente: Grupo de Facebook. “Ay Purísima Devotos,as y fieles de la Purísima de La Algaba. Sevilla”

Carnavalera, feminista y del sur. De mente inquieta y espíritu libre. Estudiante de Humanidades.

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