Este año hemos aprendido a valorar los pequeños detalles de cada una de nuestras ciudades, consiguiendo así incentivar y revalorizar el turismo local. Los sevillanos, especialmente más jóvenes, conocemos pocas de las leyendas que envuelven nuestra misteriosa ciudad y de los iconos que reflejan nuestra cultura y devoción. La capilla del Carmen es una de las grandes olvidadas y, a pesar de haber pasado muchas veces por delante de ella, pocos vuelven su cabeza para admirarla o investigan su historia.

Imagen de la Capilla de la Virgen del Carmen
Capilla de la Virgen del Carmen

Ubicada en el Puente de Triana, junto a la Plaza del Altozano, la Capilla de la Virgen del Carmen alberga a la patrona del mar y de la Armada Española. Popularmente conocida como protectora de pescadores, despierta un interés y orgullo especial para los trianeros. De hecho, ha llegado a convertirse en un símbolo en Triana. Se conoce popularmente como «el mechero», ya que sus reducidas y particulares dimensiones guardan gran relación con los antiguos mecheros de yesca, como el que se muestra en la imagen.

Imagen de un antiguo mechero de yesca
Ejemplo de un antiguo mechero de yesca

Su construcción se inició en 1924 y finalizó en 1928 y fue una de las últimas obras del celebérrimo arquitecto sevillano Aníbal González Álvarez-Ossorio. Es además sede de la Hermandad de gloria Nuestra Señora del Carmen y está compuesta por dos elementos diferenciados: una capilla cilíndrica rematada por una cúpula y un campanario rectangular que sirve de acceso al edificio. En su interior ostenta un cuadro de la Virgen del Carmen fechado aproximadamente en el siglo XVIII. Además, la minuciosa decoración cerámica exterior fue realizada por Emilio García García y la cerámica interior fue efectuada y donada por cerámica Montalván.

Aún más, la veleta que corona el campanario tiene una singular leyenda que conocemos gracias a Julio Domínguez Arjona. Se dice que existía en Triana un sereno, especie de antiguo vigilante de las calles, conocido con el nombre de El Marchena por ser de dicha localidad. Resulta que una de las madrugadas de trabajo ayudó al desembarque de reses bravas destinadas a correr en la Maestranza de Sevilla. Con pocos recursos y mucha valentía, El Marchena se enfrentó valientemente a uno de los toros, pero este le envistió con fuerza y el sereno acabó dando tantas vueltas como una veleta. Esto hizo que El Marchena fuese apodado El Veleta y, tras su muerte, no por el altercado con el toro, sino tiempo después, se erigió esta obra en su honor y sirvió para coronar el campanario que acompaña la pequeña capilla. Los trianeros mostraron gran admiración y respeto por su sereno que con bravura se enfrentó al toro. En sus inicios la veleta honorífica se encontraba en la cúpula de la capilla y, aunque fue sustituida por la magnífica obra de Aníbal González, los trianeros decidieron mantenerla en el campanario y aún se puede ver.

 

Imagen de la veleta de El Veleta, la cual corona el campanario del monumento
Veleta de El Veleta

Para todos los interesados en admirar, visitar, estudiar o venerar este pequeño icono trianero, el horario de visita es de lunes a sábado de 10 a 13 horas. No obstante, la imagen del cuadro de la patrona de los marineros con el niño Jesús se puede ver a diario, gracias a las rejas que abre el espacio de la capilla hacia el exterior.

Imagen de la Virgen del Carmen con el Niño Jesús, ubicada en el interior de la capilla.
Imagen de la Virgen del Carmen con el Niño Jesús

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