Lola Wanceulen GarcíaDentro de la monumental localidad de Carmona, encontramos su Alcázar Real, llamado Alcázar del Rey Don Pedro. Otros nombres para denominarlo son Alcázar de Arriba, mientras que el nombre de su entrada es Puerta de Marchena. El primer nombre mencionado anteriormente se debe a que su construcción se llevó a cabo por orden del rey Pedro I de Castilla, al igual que el Palacio de Pedro I del Alcázar de Sevilla.
Para acceder a esta fortaleza, uno tiene que pasar por un arco de herradura apuntado de grandes dimensiones. Dentro, se observa cómo el patio de armas posee tres torres para su defensa. Destacan especialmente las vistas de la Vega de Carmona que se pueden disfrutar desde este lugar, pues está situado en uno de los lugares más altos de la localidad.
Actualmente, el uso de este bien inmueble se trata de ser el Parador del Alcázar del Rey Don Pedro, es decir, el Parador de Carmona. Este fue inaugurado en marzo de 1976 a manos del entonces alcalde Francisco Ojeda, acto al cual asistieron los reyes de España.
Según algunos indicios, se intuye que el palacio podría tener un origen anterior al mencionado. Antes de ser construido por el rey Pedro I, podría haber habido en el lugar una fortaleza musulmana, para luego ser conquistada por los cristianos y reconstruida.
El Alcázar del Rey Don Pedro se sitúa en el norte del recinto amurallado de Carmona. Esto, sumado a la circunstancia de estar situado en el lugar más alto de Carmona, probablemente hizo que Pedro I decidiera ordenar reconstruirlo en el siglo XIV, siendo de estilo mudéjar. Posteriormente, los Reyes Católicos también hicieron modificaciones, especialmente en las estancias reales.
Asimismo, cuando en 1649 Sevilla se encontraba asolada por la epidemia de peste, esta fortaleza se usó como hospital y como cementerio para las víctimas de esta misma enfermedad. Otros desastres que afectaron al alcázar fueron el terremoto de Carmona de 1504 y el de Lisboa de 1755. Ambos produjeron daños sustanciales en este bien patrimonial.
A día de hoy, el lugar está protegido y está declarado como Bien de Interés Cultural desde junio de 1993.
Fuente consultada:
Imágenes extraídas de Ruta Bética Romana.
