Al pasear por la calle Santa María la Blanca, en el barrio de Santa Cruz, nos encontraremos con la sobria torre-fachada de una iglesia de apariencia gótica. Detrás de estas sencillas puertas se esconden uno de los más grandes tesoros barrocos de Sevilla, que no es otro que la decoración de la iglesia de Santa María la Blanca.

Esta iglesia tiene una larga historia y es que se trata del único templo de la capital hispalense que conserva restos de las tres religiones que se sucedieron, y durante un tiempo convivieron, en la ciudad: el judaísmo, el islam y el cristianismo. Construida como mezquita, por privilegio del rey Alfonso X, el Sabio el edificio se convirtió en una sinagoga en 1252. Debemos recordar que la zona en la que se halla Santa María la Blanca fue la judería de Sevilla hasta que los Reyes Católicos expulsaron a esta comunidad del país. No será hasta el año 1391 que el templo fue consagrado como iglesia cristiana.

En la segunda mitad del siglo XVII se decide realizar una transformación barroca en este templo, siendo la bula promulgada en 1661 por el papa Alejandro VII a favor del dogma de la Inmaculada uno de los principales pretextos para ello. Se derriba la iglesia al completo excepto la Capilla Mayor y las obras concluyen en 1665.

 

Imagen propia

Los dos de los elementos barrocos que destacaremos en este artículo serán las yeserías y el programa iconográfico. Tanto las bóvedas como la cúpula y los intradós de los arcos de la iglesia están decorados con impresionantes yeserías, obra de los hermanos Pedro y Miguel Borja. En una especie de horror vacui se entrelazan motivos vegetales, geométricos, querubines y hasta una reproducción de la Giralda. Estas yeserías en color blanco, que resalta sobre el tono albero del fondo, verdaderamente maravillan al espectador a su entrada.

 

Imagen propia
Imagen propia
Imagen propia

Por otro lado, el conjunto pictórico se encargó en 1662 nada más y nada menos que a Murillo, quien concluyó las pinturas para 1665. La temática de las obras era una exaltación mariana que representaba el origen de la advocación del templo, la iglesia romana de Santa María de las Nieves. Se piensa que los artífices de este programa iconográfico fueron Domingo Velázquez Soriano, párroco de la iglesia, y Justino de Neve, canónigo de la Catedral cuyo apellido lo relacionaba con el templo. Las obras eran las de El Sueño de patricio Juan y su esposa y El patricio Juan y su esposa ante el papa Liberio, la Inmaculada Concepción y el Triunfo de la Fe y la Eucaristía. Por desgracias, estas creaciones maestras fueron expoliadas por el mariscal Soult durante la Guerra de la Independencia. Actualmente las sustituyen copias de las mismas.

Estas maravillas patrimoniales son el ejemplo perfecto de que las cientos de iglesias diferentes de Sevilla hasta las más pequeñas y discretas pueden esconder grandes secretos en su interior. ¡Sal a descubrirlos! Mientras tanto el Patio Colorao te facilitará la tarea.

Fuentes:

https://www.andalucia.org/es/sevilla-turismo-cultural-parroquia-de-santa-maria-la-blanca/

http://www.murilloysevilla.org/itinerarios/iglesia-santa-maria-la-blanca/

 

Alumno del quinto curso de Humanidades y Traducción e Interpretación en la UPO. Amante del arte y la cultura. ¡Siempre hay algo nuevo por descubrir!

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