Eva Jiménez JuradoAquel que se anime a conocer la campiña sevillana encontrará, a unos 90 km de Sevilla capital oteando el horizonte desde la ladera de una colina, la localidad de Osuna (la antigua Urso). Un enclave lleno de historia que hunde sus raíces entre los turdetanos, pero que comenzará su apogeo en época romana. No debemos olvidar que Urso fue un importante enclave durante la Guerra Civil entre Pompeyo y César, llegando a tener su propia moneda: el Ursón.
Más allá de todos los lugares de interés que podemos encontrar en Osuna relacionados con su pasado íbero y romano, podremos visitar su centro urbano declarado conjunto histórico artístico en el que podremos transportarnos a un mundo lleno de palacios que nos hablarán de su pasado glorioso.
Sin embargo, en nuestro artículo de hoy no fijaremos la atención en su abundante patrimonio histórico, sino en su patrimonio etnográfico y cómo este ha sido puesto en valor y convertido en un reclamo turístico más dentro de una ciudad que, ya de por sí, se encuentra llena de atractivos para el visitante.
Desde tiempo inmemorial en el cerro de San Cristóbal se ha llevado a cabo una actividad que ha dejado una huella imborrable e inconfundible en el paisaje, nos referimos a la explotación del terreno como cantera para la extracción artesanal de la piedra. Son los sillares allí extraídos los que han contribuido a configurar la arquitectura ursaonense, tanto en las construcciones monumentales como en las más populares. Por tanto, es imposible desligar esta actividad extractiva, y el paisaje que ha generado, de la propia identidad de la ciudad de Osuna, que aún guarda en el recuerdo oficios como el de cantero o el de sillarero, trabajos artesanales y especializados que se han ido perdiendo orillados por los nuevos materiales y las más novedosas técnicas constructivas.
No obstante, Osuna ha conseguido revertir una situación de abandono promoviendo que este paisaje cultural, fruto de una clara intervención humana, pase del olvido a un resurgir turístico, convirtiendo sus antiguas canteras en un punto incluido dentro las rutas ofrecidas al visitante que puede conocer un poco más sobre lo que antiguos oficios como el de cantero supusieron un día para los pobladores de Osuna.
Estos terrenos, explotados desde hace milenios, son conocidos como la «Petra de Andalucía» por sus espectaculares relieves en piedra que no dejan indiferente quien los contempla. En la actualidad, El Coto de las Canteras se ha conformado como un lugar singular, resultado de una historia y una actividad humana que ha condicionado claramente su fisonomía, quedando para siempre fijados en la memoria unos oficios ya perdidos, pero que no deben ser olvidados pues conforman el patrimonio cultural de todos los ursaonenses.
Si nos aventuramos en su interior, podemos encontrar una gran galería. Una gran cueva fruto de la extracción de la piedra que, actualmente, es utilizada como auditorio natural, lo que la convierte en un marco incomparable para la celebración de actividades culturales.
Asimismo, el complejo cuenta con más de 4.000 m² de jardines en los que podemos encontrar diversas especies autóctonas que dotan al recinto de una belleza particular, contrastando el verdor de sus plantas con el ocre de la piedra arenisca.
Por otro lado, a las maravillosas formas que ha generado la actividad propia de la cantera debemos añadir la majestuosidad de la fachada, así como las estatuas y figuras esculpidas por Francisco Valdivia que convierten este lugar en un enclave mágico que transporta al turista hasta lejanas tierras, sin salir de la campiña sevillana.
Fuentes:
http://www.tarraconensis.com/osuna/urso.html
http://www.osuna.es/es/turismo/
https://elcorreoweb.es/extra/el-coto-de-las-canteras-la-tierra-que-nunca-fue-IN2078695
http://www.elcotolascanteras.com/historia/
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6270197
