Florece mayo y Carmona se engalana

Es habitual en muchos puntos de Andalucía, también de España e incluso de Hispanoamérica, la celebración, en los primeros días de mayo, de las llamadas «cruces de mayo». Estas, si bien presentan ciertas particularidades en función del lugar de celebración, suelen tener un denominador común. En todas ellas el centro de la celebración será un altar engalanado con flores y otros adornos que estará presidido por una cruz que, habitualmente, también se encontrará adornada con flores, aunque no es algo inusual que se presente desnuda.

Inicialmente, estas fiestas mostraban un carácter religioso que parece provenir de la celebración, por parte de la Iglesia católica, de la Invención de la Santa Cruz el día 3 de mayo, en conmemoración del hallazgo llevado a cabo por Santa Elena (madre del emperador Constantino) de la cruz en la que murió Cristo. Sin embargo, en contra de lo que pudiera parecer, aun estando presente la cruz, actualmente estas celebraciones mantienen un carácter lúdico y no religioso.

Esta mezcolanza entre religión y diversión presenta una cara diferente y peculiar en la localidad sevillana de Carmona que, cada 1 de mayo, acoge en sus calles pequeños pasos con la Santa Cruz engalanada y pequeños altares portátiles presididos por una imagen de la Virgen María.

Son estos pequeños altares, construidos y adornados por manos infantiles, los que centrarán el cuerpo de nuestro artículo. Son las llamadas Mayas, una tradición que puede hundir sus raíces, en los cultos celtas de los Mayos en la que se rendía culto a la naturaleza y que coincidía con los desposorios de las mujeres jóvenes. En Carmona, según nos cuenta la historia, Mayas fueron denominadas esas niñas o jóvenes que eran colocadas en una especie de altar para ser consideradas reina de la primavera por un día. Estaban arropadas por un cortejo de niños y jóvenes que pedían, por las calles del pueblo, una moneda para la reina.

Con el tiempo esta costumbre ha sido completamente cristianizada al incluir imágenes marianas, si bien no presenta un carácter puramente religioso, más bien, esta fiesta de origen pagano se ha convertido en una celebración infantil, siendo los niños los que sacan sus Mayas a la calle para pedir una moneda. La tradición parece comenzar cuando los niños de las huertas iban a Carmona el día 1 de mayo para pasear su maya por el pueblo pidiendo un «ochavito» (2 maravedíes) para su maya, posteriormente este término se transformaría en «chivito».

Desgraciadamente, a mediados del siglo XX esta fiesta fue, poco a poco, decayendo, llegando a estar a punto de desaparecer. No obstante, a finales de los años 70, la Peña «La Giraldilla» se propuso recuperar la tradición, y organiza, desde entonces, un concurso de Mayas y pasitos de la Santa Cruz, que ha conseguido revitalizar la fiesta y hacerla, de nuevo popular entre los niños, aunque la tradición de ir en parejas paseando la Maya y pidiendo una moneda cada vez es menos habitual.

Para poder celebrar correctamente la fiesta y ser fieles a sus orígenes, la tradición marca que se deben construir pequeños altares con varios elementos muy concretos. Han de estar compuestos por una silla pequeña de enea cubierta con una tela blanca y, como ornamentación, contarán con hierbas aromáticas y flores silvestres formando un arco. Además, se debe colocar la imagen de la Virgen y una bandeja para recoger los donativos. Los niños, como marca la tradición, pasearán su maya por las calles pidiendo el donativo para lo que utilizan la frase: «deme un chivito (ochavito) para mi maya».

 

 

Fuentes:

Carmona, Lucero de Europa. https://turismo.carmona.org/las-mayas-en-carmona/

El Correo de Andalucía. https://elcorreoweb.es/provincia/las-mayas-una-fiesta-de-origen-celta-hecha-tradicion-en-carmona-AD5324424