En 2011, la UNESCO declara la cal de Morón como «Patrimonio Inmaterial Cultural de la Humanidad» en el apartado de buenas prácticas, propulsando la relevancia y el prestigio de esta ya no solo a nivel nacional, también internacional.

El municipio sevillano de Morón de la Frontera tiene como símbolo la práctica tradicional de elaboración de cal, una parte esencial en su economía, ya que, desde la antigüedad, la cal se utilizaba como material básico para la elaboración de elementos arquitectónicos y ornamentales. En Andalucía, la cal ha sido un producto muy popular a lo largo de su historia, pasando por los árabes y los romanos, ya que ha sido la piedra angular del blanqueamiento o encalado típico de sus casas y construcciones. De hecho, para la base de la Catedral de Sevilla se hizo uso de dicha cal. Esta práctica se llevaba a cabo con el objetivo de dotar a los pueblos de una mayor higiene y cubrir los materiales pobres con los que, en su mayoría, se edificaban.

Fuente: Morón x descubrir

Morón se sitúa entre la Campiña y la Sierra Sur de Sevilla, una posición muy importante para la producción de cal, teniendo en cuenta que la materia prima de la cal, la piedra caliza, se extrae de las canteras de la Sierra de Esparteros y la leña que se utiliza para los hornos se obtiene de los olivos de la Campiña.

Fuente: Gordillos. Cal de Morón

Aunque se sabe que han existido hornos de cal en otros municipios de Sevilla como Montellano o Arahal, el único lugar donde estos hornos siguen en activo es en Morón. Actualmente, la cal que se produce en los hornos antiguos se utiliza para pintar o para los morteros de revestimiento. Solo queda una familia que se dedica profesionalmente a la producción de cal artesanal, la familia Gordillo, activa desde 1846, cuyos trabajadores provienen también de antiguos caleros artesanos. De hecho, es muy común encontrar, en este municipio o en sus alrededores, personas cuyo apellido sea «Calero».

Fuente: Gordillos. Cal de Morón

Los hornos e instalaciones de la empresa se encuentran en la aldea de Caleras de la Sierra, un complejo calero que cuenta con veinticinco hornos de cal, con sus espacios de almacenamiento y construcciones de apagado de la cal, cuatro casas-albergue-cuadra-almacén o casillas junto a cada horno y una muestra de lo que era el poblado calero: seis casas y la cantera, de donde se extrae la piedra caliza, a partir de la cual se obtiene la cal. Las casas se pueden dividir en dos tipos, que se corresponden con dos etapas históricas distintas: aquellas que son anteriores a la segunda mitad del S.XIX y las que son posteriores a la segunda mitad del mismo siglo.

Fuente: Morón x descubrir

Las que pertenecen a la primera etapa se edificaron cuando la mayoría de los caleros se desplazaban diariamente desde Morón o desde las cortijadas de los alrededores la sierra y solo se quedaban allí durante el tiempo de «cochura». Por ello, se les denominaba «casillas», ya que eran viviendas de pequeñas dimensiones. Algunas se usaban a modo de cuadra para los animales de carga que se empleaban para transportar la leña y la piedra.

Las casas pertenecientes a la segunda etapa se edificaron por el auge de la actividad calera en Morón y la apertura del camino ferroviario Morón-Utrera. Eran viviendas permanentes, por lo que eran mayores. Eran realizadas en mampostería de piedra caliza, posteriormente se encalaban y presentaban, en su mayoría, un tejado a dos aguas con tejas árabes.

A mediados del S.XIX la aldea comenzó a establecerse como núcleo estable de población, y a principios del S.XX ya se distinguía como uno de los núcleos de población rural más importantes de Morón.

Los bienes muebles que se han conservado de este complejo calero son algunas de las herramientas tradicionales para la producción de la cal, por ejemplo, una horca o bielda, una soletilla, una barrena o una espiocha o pico.

Fuente: Morón x descubrir

La producción de la cal de forma artesanal comienza con la extracción de piedra caliza de las canteras. Para ello, se utilizan técnicas tradicionales como el uso de «barrenas», unas varas de metal afiladas en la punta para hacer agujeros en el suelo («barrenos»), de manera que, al terminar el agujero, se pone un explosivo para fracturarlo y separar las piedras para hacerlas más pequeñas. Antes, estas piedras eran transportadas con animales hasta el horno, que solía estar cerca de la cantera para facilitar la tarea.

Para llevar a cabo la cocción de la piedra, estas se disponen de forma estratégica en el horno. En primer lugar, se colocan las piedras más grandes (también llamadas «armaderas») siguiendo la forma de las paredes del horno y levemente inclinadas. Detrás de estas, se va rellenando el hueco restante con piedras más pequeñas (conocidas como «matacanes» y «ripios»). Después, en el centro del horno se deja espacio para colocar la leña. Este proceso se va repitiendo poco a poco hasta completar con las piedras y la leña todo el espacio que hay en el horno, hasta llegar a la parte más alta. Posteriormente, con las piedras más pequeñas se forma el «colmo», cerrando el horno completamente. Al colmo se le hacen unos huecos llamados «caños» para propiciar la circulación del aire y la salida de los gases. Finalmente, se rodea el horno con unos cables de acero para que este no se desplome a causa de la fuerza de la dilatación del calor.

Fuente: Gordillos. Cal de Morón

La recogida de la cal resultante se hace una vez que el horno está frío, es decir, pasada al menos una semana y siguiendo un proceso contrario al llevado a cabo al de la preparación del horno. El vaciado se lleva a cabo primero por el colmo y luego por la parte inferior. Para ello, los caleros hacen uso de guantes de cuero y hacen turnos en el interior del horno para poder aguantar las altas temperaturas y los gases producidos por la combustión. Mientras se produce esta extracción, es necesario colocar un techo provisional o «techumbre» para evitar que la cal se estropee. Cuando el horno se prepara para comenzar la cocción contiene aproximadamente 150.000 kilos de piedras, de los cuales se extraen unos 90.000 kilos de cal.

Esta práctica, al ser tan antigua, requiere para su correcta realización un conocimiento exhaustivo del proceso de producción y del funcionamiento de los hornos. Por ello, la transmisión familiar de estos saberes es esencial para la supervivencia de la tradición calera.

 

Bibliografía

Ayuntamiento de Morón de la Frontera. La Cal de Morón. http://www.ayto-morondelafrontera.org/opencms/opencms/morondelafrontera/content/turi/info/info_la-cal-de-moron.html

Gordillos. Cal de Morón. https://www.gordilloscaldemoron.com/moron-la-frontera-pueblo-levantado-nuestra-cal/

Guzmán, M.J. (2021). Diario de Sevilla. Historias de cal: de Vitruvio a los Gordillo. https://www.diariodesevilla.es/sevilla/Historias-cal-Moron-Vitruvio-Gordillo_0_1567944091.html

Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico. Caleras de la Sierra. https://guiadigital.iaph.es/bien/inmueble/22670/sevilla/moron-de-la-frontera/caleras-de-la-sierra

Morón x descubrir. Cal de Morón. https://www.turismomoron.es/en/descubre-moron/patrimonio/cal-de-moron

Museo Cal de Morón. http://museocaldemoron.com/formacion.html

Rodríguez García, M., González Serrano, A.M., Canivell, J., Romero Girón, A. La cal de Morón en la arquitectura tradicional andaluza. https://core.ac.uk/download/pdf/51405877.pdf

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