En este artículo se habla sobre las barrerías que existieron a lo largo del s. XX en El Viso del Alcor. Estos lugares dieron trabajo a muchos vecinos de la zona. Según el Tesoro de los diccionarios históricos de la lengua española, barrería se define de la siguiente forma: «Alfarería. […] Fábricas de alfar de barro basto o áspero […]».

Para conocer mucho más sobre las barrerías, he contado con la ayuda de dos vecinos de El Viso del Alcor que de una forma u otra sus vidas se encuentran ligadas a esta peculiar profesión.

José Ruiz Gutiérrez, uno de los últimos barreros del municipio, quien guarda en sus recuerdos toda la información sobre la profesión a la que ha dedicado toda su vida. Gracias a él, conoceremos todos los detalles de este oficio tan especial.

Enrique Vergara, miembro de la Asociación Cultural Fuente del Sol, quien ha realizado un estudio sobre la localización de las barrerías y, con el paso de los años, ha ido recabando información sobre esta profesión, gracias a los testimonios de los últimos barreros que quedan por la zona. Además de esto, ha realizado una maqueta inspirada en la “barrería de Mariano”, es decir, la barrería de José, a quien hemos mencionado con anterioridad. Si deseáis conocer con profundidad la maqueta, no os perdáis este vídeo: LA CULTURA DEL BARRO .

Los primeros datos sobre ladrilleros que se registran en El Viso del Alcor datan de mediados/finales del s. XVIII. Se hace referencia a la existencia de dos, concretamente, Blas Iglesias y Francisco Cándido. El 28 de diciembre de 1860, el Duque de Medinaceli le vende a José Moreno Roldán 3 cuartillos de terreno ubicado en la Fuente de la Muela, dicho terreno le costará 180 reales de vellón. En este lugar, se funda una de las primeras barrerías, “la de Ganchola”. Este mismo año se crea la barrería de Enrique Gutiérrez Gavira, conocida como la “barrería de Enriquito”.

Copia del contrato de venta entre el Duque de Medinaceli y José Moreno Roldán

Hacia el primer cuarto del s. XX, el Ayuntamiento cede a algunos vecinos del municipio, de forma gratuita, unos terrenos ubicados en El Cañalizo (actual calle Santa Lucía) para establecer barrerías. Dicho terreno se encontraba dividido en parcelas de 750 m2, 30 m de fachada por 25 m de fondo. Lo único que tenían que hacer los barreros a cambio era ceder un millar de ladrillos al cementerio. De toda esta información no se registró nada por escrito, todo se conoce gracias al testimonio de los vecinos.

Más adelante, en la zona de la Tablada baja, se construyeron más barrerías. Gracias al testimonio de Enrique Carrión Gutiérrez, a quien le encargaron anotar el número total de barrerías, podemos saber que a mediados del s. XX existían unas 60 barrerías repartidas por el municipio. 

Todas las barrerías contaban con los siguientes elementos:

  • Una casa. En ella, inicialmente, se utilizaba una candileja o brujilla para alumbrar. Más adelante, estas fueron sustituidas por un carburo.
  • Un pozo con pilón. El pozo contaba con una cuba, una vasija metálica para sacar el agua.
  • El secadero para el barro.
  • Las pilas para amasar.
  • La pez, donde se depositaba el barro preparado para el corte.
  • La tarea, este era el lugar donde se cortaba el ladrillo.
  • El mantillo, un terreno que se encontraba entre la pez y la tarea.
  • Una reja donde se apilaban los ladrillos para que se secasen.
  • Un horno. Este a su vez, estaba formado por una puerta para cargarlo, una jaquifa (lugar donde se depositaba la leña para introducirla en el horno) y una cañopla (donde se coloca la leña para quemarla).
  • Una ancina, donde se apilaba la leña.
  • Un escorgaizo, una especie de habitación donde se almacenaban los ladrillos ya cocidos.
  • Una reja para los ladrillos ya cocidos.

(Vergara, s.f.)

A pesar de que este oficio ya ha desaparecido casi por completo, en El Viso del Alcor aún existen dos barrerías activas. Ambas mantienen la tradición familiar, estas son las barrerías de Jaime Vallado Ruiz (sobrino de José Ruiz Gutiérrez) y Huertas Cerámica Artesana (familiares de Enrique Gutiérrez Gavira). La primera mantiene el proceso tradicional de la fabricación de los ladrillos. Mientras que Huertas Cerámica Artesana ha modernizado y aumentado la producción de estos. Su especialidad es la teja árabe, que la fabrican de manera artesanal, a excepción de la maquinaria que usan para la preparación del barro. Estas tejas se han utilizado para restaurar monumentos como la Mezquita, la Plaza de España o la Catedral de Sevilla. También realizan suelos de barro (R.R.B., El Viso del Alcor, 2015).

 

Para conocer un poco más todo este mundo de las barrerías, he tenido la suerte de conversar con José Ruiz Gutiérrez, quien de primera mano nos ha contado muchos detalles de su profesión.

Antes de pasar a la entrevista, vamos a conocer un poco más a José. Tiene 83 años, nació el 16 de mayo de 1939 en El Viso del Alcor, era el tercero de seis hermanos. Su oficio de barrero viene de tradición familiar, ya que su padre también fue barrero y, al igual que él, todos sus hermanos trabajaron en la barrería familiar sin importar la edad o el sexo.

 

¿Con qué edad empezaste a trabajar en la barrería? ¿Cuánto tiempo estuviste trabajando?

Pues podría decir que he dedicado casi toda mi vida al trabajo en la barrería, ya que mi padre también era barrero y en esa época todos ayudábamos en el trabajo. Cuando se cargaba el horno, todo el mundo arrimaba ladrillos, cada uno porteaba los que podía y lo mismo ocurría cuando había que recoger la tarea (ladrillos que se cortaban en el suelo).

En mi caso, empecé con unos 8 años a acarrear barro. Al principio, me cargaban los burros en el barrero y yo los arreaba hasta la casa. Desde ese momento me dediqué de lleno a la barrería hasta los 50 años aproximadamente.

 

¿Cómo extraías el barro?

En primer lugar, íbamos todos los días a la Tablada a por el barro, llevábamos nuestros propios burros para acarrearlo hasta la barrería. El barro se extraía de los barreros que existían allí en la Tablada, lo cavábamos y luego lo cargábamos en los burros. Una vez que llegábamos a la barrería, lo poníamos al lado de las pilas para que se secase porque cuando lo extraíamos estaba mojado. 

 

¿Cómo era el proceso de fabricación de los ladrillos y las tejas?

Tras la extracción, y como he dicho anteriormente, el barro se dejaba secar unas 48 horas y  cuando estaba seco, se machacaba y se echaba en la pila. Allí, se regaba a mano (se sacaba el agua con dos cubas y se llenaba la pila de agua) para que se remojase y luego se removía. Unas 2 o 3 horas después de removerlo, se le ponía barro seco por encima. 

Al día siguiente, nos metíamos en la pila y ligábamos el barro hasta hacerlo una masa y tras esto, dos mujeres con ateneas sacaban el barro de la pila y lo ponían en un carrillo de madera. Con este carrillo se llevaba hasta el mantillo y allí se echaba durante 24 horas. 

Luego, se ponían en una tarea (que estaba compuesta por 6 o 7 filas de ladrillos) y, en este mismo lugar, se dejaban secar. Una vez que estaban secos, se metían en el horno. Al principio se acarreaban hasta el horno a mano y, más adelante, con la ayuda de un carillo. Cuando el horno estaba lleno, dos personas se encargaban de cocerlo, es decir, meter la leña por debajo (entre 50 y 52 cargas), se tardaba entre 17 y 18 horas en realizar esta tarea. Uno se encargaba de arrimar la leña y el otro de meterla, es decir, uno estaba dentro de la jaquifa (agujero que se encontraba delante del horno para meter la leña) y  el otro dentro del horno, y cada cierto tiempo se cambiaban los roles. Tras 48 horas se descargaba el horno, se apilaban  fuera y se regaban, ya que si no se regaba el ladrillo se reventaba y resquebrajaba. Lo  que se conoce para los barreros como un ladrillo aventado.

Una vez que estaban hechos se vendían  y un vecino de Alcalá venía con  carros o camiones a recogerlos.

Por último, como dato curioso, me gustaría añadir que en mi barrería éramos capaces de identificar por la señal de las manos quién había hecho cada ladrillo.

 

¿Qué herramientas usabas para trabajar?

Pues la verdad que se trabajaba con utensilios muy distintos y estos dependían de la tarea que  fuésemos a realizar dentro del proceso de fabricación.

Para extraer el barro, contábamos con una azada, un rastrillo, una esbarillaera o barbotina, un porrino (para cortar el barro), una pala y una espuerta, que me ayudaba a transportar el barro a las pilas.

El mantillo se trabajaba con un ro (servía para allanar la arena de la tarea), una atenea (usada para transportar el barro de las pilas al pez), la cual se sustituyó por el carrillo un elemento más moderno y práctico; también contaba con un albañal (una vasija con agua para el corte del ladrillo) y la gabera, molde para dicho corte.

Por último, relacionado con las tareas que se realizaban en el horno o ancina, necesitaba trabajar con el viergo, para apilar la leña suelta; el gancho, para arrastrar la leña a la jaquifa y una horquilla, para introducir la leña dentro del horno.

 

¿Cuánto duraba una jornada de trabajo?

La jornada comenzaba a las 6:30 h, la tarde anterior se labraba y preparaba la pila, y a esa hora comenzábamos a cortar el barro. A las 13:00 h parábamos para almorzar y teníamos 2 horas de descanso. A las 15:00 h volvíamos al trabajo y continuábamos hasta que se pusiese el sol. Sin embargo, los días que se cocía el horno (tarea que solían realizar los más mayores), nos levantábamos entre la 1:00 y las 2:00 h para empezar a calentarlo y no terminábamos hasta por la tarde.

 

¿Cuántas barrerías había en El Viso del Alcor y cuántas personas trabajaban en una barrería?

Al principio, había unas 10 barrerías en todo el municipio y más adelante, hubo muchísimas más, más de 50.

En una barrería podían trabajar unas 6 personas, casi siempre de la misma familia, en mi caso habíamos 4 trabajando en ella, mi hermanas Dolores y Encarna, mi hermano Enrique y yo. Las pilas se cortaban según la cantidad de gente que trabajase en la barrería, en la mía de una pila salían 2 millares de ladrillos.

 

A continuación os muestro una recopilación de imágenes de las barrerías de la época y de la maqueta realizada por Enrique Vergara.

 

 

Bibliografía

Información recabada por Enrique Vergara

Huertas Cerámica Artesana. (s.f.). Nuestra Historia. https://www.tejasarabes.com/historia/

Real Academia Española. (s.f.). Barrería. En Tesoro de los diccionarios históricos de la lengua española. Recuperado el 5 de mayo de 2022, de https://www.rae.es/tdhle/barrer%C3%ADa

R.R.B., El Viso del Alcor (2015). Tejas visueñas para monumentos. Diario de Sevilla. https://www.diariodesevilla.es/aquilaprovincia/Tejas-visuenas-monumentos_0_876812311.html

Testimonio de José Ruiz

2 Replies to “Una vida entre ladrillos”

    1. Dolores, muchas gracias por seguirnos y por tu comentario.
      Es importante mantener las tradiciones y el recuerdo de aquellos oficios que, con el tiempo, se han ido perdiendo. Desde El Patio Colorao intentamos poner nuestro granito de arena para que esto sea así.

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