Rocío Mena Macías
La más larga de las peregrinaciones del Camino, la Vía de la Plata, comienza en el sur de España en Sevilla. También es conocida como Ruta de la Plata o Camino Mozárabe (La Ruta Mozárabe).
Esta ruta debe su existencia a un conjunto de calzadas romanas que unían el suroeste con la costa noroeste a través de dos importantes asentamientos: Emerita Augusta (Mérida) y Asturica Augusta (Astorga). Unos siglos más tarde, los árabes utilizaron los caminos empedrados para avanzar en la conquista de los territorios peninsulares. Sin embargo, una vez que los españoles reconquistaron su tierra, el camino se convirtió en un paso seguro para muchos devotos cristianos que marchaban incansables para visitar la tumba de Santiago.
Después del siglo XIII, la Vía de la Plata fue cada vez menos frecuentada hasta su relativamente reciente reactivación en la década de 1980. A pesar de llamarse “Via de la Plata”, la “plata” no tiene nada que ver con el metal plateado. Aunque el origen del nombre sigue siendo incierto, no faltan hipótesis y especulaciones. Por ejemplo, algunos historiadores concluyen que el nombre proviene del árabe “balata”, que significa camino pavimentado.
La Vía de la Plata atraviesa cuatro comunidades autónomas y seis provincias: Andalucía (Sevilla), Extremadura (Badajoz y Cáceres), Castilla y León (Salamanca y Zamora) y Galicia (Orense, Pontevedra y La Coruña). Con 1000 km, es la ruta más larga a Santiago de Compostela en España y se tarda de 6 a 8 semanas en conquistarla. Aquellos que tienen poco tiempo a menudo comienzan en Mérida, lo que hace que el camino sea un poco más corto de 200 km.
Fuente: Bicigrino
La Vía de la Plata es un desfiladero de paisajes diversos y vistas verdaderamente excepcionales desde campos ondulados a través de bosques y pastos hasta las verdes colinas de Galicia. Sin embargo, la belleza natural no es lo único digno de mención.
Además, habiendo jugado un papel importante a lo largo de la historia, la Vía de la Plata es rica en muestras de la cultura y la arquitectura romanas. Comenzando en la gran Sevilla, nos encontraremos con numerosas iglesias romanas, capillas, caminos y puentes, y podremos visitar algunas de las principales ciudades romanas como Mérida y Caparra. Protegidas por la UNESCO, las ciudades de Salamanca y Zamora también merecen una parada. Esta ruta larga y sinuosa vale la pena cada “obstáculo” para aquellos que buscan una auténtica aventura.
Bibliografía:
https://www.gronze.com/via-plata
