Como bien dice el dicho popular «Tres Jueves hay en el año que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el Día de la Ascensión».
El Corpus Christi o Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, es una fiesta de la Iglesia católica para celebrar la Eucaristía. La tradición se remonta a la Edad Media, con la iniciativa de Juliana de Cornillon de celebrar una festividad en honor al Cuerpo y la Sangre de Cristo, celebrándose por vez primera en 1246 en la diócesis de Lieja (Bélgica).
No obstante, sus primeras celebraciones en Sevilla tienen lugar a principios del siglo XV, concretamente en 1400, con muy pocas imágenes procesionales. Las Santas Reliquias, La Roca, y un arcón que simbolizaba el Arca de la Alianza, formaban los principales enseres de la ceremonia.
En este siglo, el Corpus Christi era un modelo de fiestas de exaltación en la ciudad. El centro era ocupado por el Cuerpo de Cristo, contenido en un arca que era llevada sobre andas. Luego, en 1587 fue sustituida por la custodia que hasta el día de hoy conocemos.
Tan importante era esta celebración que fueron muchos los personajes importantes que acudieron, al menos una vez, como los Reyes Católicos.
La fecha en el calendario sevillano está reservada, tiene lugar exactamente 60 días después del Domingo de Resurrección y 10 días después del Lunes de Pentecostés. Este año, tras dos de pandemia, ha vuelto con mucha fuerza. Se han podido observar bullas en la calle Francos, donde los vecinos sacan sus mejores galas para recibir a la Custodia, y también preciosos altares como los preparados por hermandades como la de Nuestra Señora de la Cabeza de San Juan de la Palma o la cofradía del Buen Fin.
Fuente: Pasión en Sevilla
Fuente: Pasión en Sevilla
La procesión del día del Corpus era la fiesta religiosa más importante del año en Barcelona en mi juventud. Ahora que tengo 85 años hay que limitarse a visitar l’ou como valla en el claustro de la catedral